Una cosa es segura, pase lo que pase este mediodía (noche, 21:30 Canal+ Deportes y League Pass, en España) en el Air Canada Centre, tendremos una cita con la historia. No sólo porque tengamos un séptimo partido (con la emoción que este tipo de encuentros siempre conlleva), sino porque los Raptors buscan su primera final de Conferencia. En el caso de que no lo consigan, los Heat se convertirían en el primer equipo que logra sobreponerse a un 3-2 en contra dos veces en el mismo año. Desde hace días, los Cavaliers aguardan ya a su rival en una lucha que determinará al campeón de la Conferencia Este.

Puede que la serie que Toronto y Miami están protagonizando, pese a contabilizar tres prórrogas, no pase a la historia por su calidad baloncestística. Los errores y las precipitaciones se han sucedido en ambos equipos, muy justos de gasolina. El cansancio hace mella en ambos. Las bajas no ayudan a mitigar la fatiga. Tanto Hassan Whiteside como Jonas Valanciunas se lesionaron en el tercer encuentro de la eliminatoria. Desde entonces, los dos pívots de referencia no han vuelto a reaparecer. El duelo de hoy tampoco será una excepción. Sí que jugarán, como ya hicieran en la madrugada del viernes al sábado pese a sus molestias en las muñecas, los aleros DeMarre Carroll y Luol Deng. Volviendo a los 'cincos', resulta interesante las distintas soluciones planteadas por Dwane Casey (Raptors) y Erik Spoelstra (Heat). El primero ha mantenido el mismo planteamiento, con Bismack Biyombo como ancla interior. El ex del Fuenlabrada no aporta los puntos en ataque de Valanciunas (quien dio un paso al frente al comienzo de la eliminatoria ante los problemas en el tiro de Lowry y DeRozan), pero resulta fundamental en el rebote y con su intimidación defensiva. Por su parte, Spoelstra optó en el último asalto por sorprender con un quinteto de (muy) bajitos en el que Deng y Winslow ejercieron de falsos interiores. Le salió bien la apuesta. Habrá que ver si opta por la misma táctica en este asalto final y estar atentos a la posible reacción de su homólogo en el banquillo local.

La maldición de madrugar

A priori, el jugar en casa debería ser un elemento beneficioso para los Raptors. Completar la mejor Regular Season de su historia (56-26) les ha dado el derecho a contar con el factor cancha. Apoyo, dentro y fuera del pabellón, no les faltará por parte de su animosa afición. Otra cosa será el cómo afronten la presión. Hace dos temporadas ya perdieron un 'Game 7' en Toronto: ante los Nets, en la primera ronda de 2014. Este curso se sacaron esa espinita ante los Pacers, pero su balance en Playoffs en un duelos disputados a vida o muerte sigue siendo negativo: 2-3. Es más, en la anterior semifinal que disputaron (en 2001 ante los Sixers de Allen Iverson) cayeron en el séptimo partido con un lanzamiento fallido de Vince Carter sobre la bocina que podría haber cambiado la historia. El balón golpeó en el hierro, arrancando así una racha de seis eliminaciones consecutivas en postemporada. Hasta este 2016. Aunque de nuevo los precedentes juegan su contra. Jamás han ganado un partido de Playoffs que arrancara antes de las 16:00 horal local (22:00 española): 0-13.

Para dejar derribar de una vez por todas a esta maldición, los dinosaurios necesitan que hombres como Carroll, Ross o Joseph aporten más. Pero, sobre todo, que su dúo All Star recupere su mejor versión. Parece un milagro que hayan llegado vivos al Día Dcon Lowry en un 44-117 en tiros a lo largo de la serie y DeRozan en 47/123. Si quieren discutirle la corona del Este a Cleveland, conviene que no jueguen más con fuego. Por su propio bien.

El Dragic de 2014

Mientras tanto, las sensaciones en los Heat son mucho más positivas tras el triunfo que puso el 3-3 en la eliminatoria. Joe Johnson, por fin, consiguió anotar de fuera en los minutos finales. Además, Goran Dragic completó la que, por la importancia de la cita, probablemente fuera su actuación más importante desde que aterrizara en Miami en febrero de 2015. Su reto hoy, mantener esa regularidad que le haga volver a ser aquel jugador que con todo merecimiento se llevó en la 2013-14 el premio al Más Mejorado.

Pero la verdadera esperanza en los de Florida se llama Dwyane Wade. Los Playoffs que está completando el escolta recuerdan a la versión de aquel jugador total que a tantos nos conquistó antes de los malditos y crónicos problemas de rodilla. Su resurreción, pese a amenazar ahora los intereses 'raptor', es una de las mejores noticias de este ya histórico curso. El mejor base/escolta taponador de siempre en las eliminatorias por el título (Jordan queda ya atrás) no sólo está anotando con regularidad (promedia 21,85 puntos por noche), sino que está apareciendo para decidir en los momentos calientes. Ante la ausencia de Chris Bosh, 'Flash' se ha echado todo el peso a la espalda. Sus 41 tantos en los últimos minutos de los partidos o en la prórroga le convierten en el auténtico rey del cluth time en estos Playoffs. Una victoria más y podrá reencontrarse con su amigo y excompañero LeBron James en toda una final de Conferencia. El morbo está servido. Toronto y unos Raptors que buscan acabar con sus particulares fantasmas son su último escollo.