RAPTORS 116 - HEAT 89

Toronto hace historia: a la final del Este con Lowry y DeRozan

Primera para los Raptors con 63 puntos entre sus dos 'all star'. Biyombo, enorme. Patterson y Carroll también brillaron. Wade y Dragic acabaron desbordados.

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Los Raptors tenían una gran oportunidad de hacer historia, de meter por fin a Toronto en una final de Conferencia después de 21 temporadas, en su mayoría, de sinsabores. Y lo consiguieron. La ciudad y por extensión Canadá por fin pueden sacar pecho en la NBA porque han alcanzado cotas hasta ahora desconocidas. Cierto que en la batalla por las Finales les esperan unos Cavaliers intratables, pero que les quiten lo bailao. Calcando la eliminatoria de primera ronda contra Indiana Pacers (derrota, victoria, victoria, derrota, victoria, derrota y victoria) eliminaron en el séptimo duelo, ganado este con holgura, a unos Heat mermados en la pintura por la baja de Whiteside, una ausencia que no lograron cubrir satisfactoriamente con el rudo Josh McRoberts.

A los Raptors les faltaba también su referente interior, el lituano Jonas Valanciunas (que parece casi recuperado), pero encontraron en Bismack Biyombo un recambio sólido y con cierta importancia en el éxito de su equipo. Menos, por supuesto, que su pareja de all stars: Kyle Lowry y DeMar DeRozan. Ambos han ido de más a menos después de un comienzo de serie nefasto con malos porcentajes, sobre todo del base, pero en las últimas victorias de Toronto han emergido majestuosos. Este domingo, 63 puntos y 15 rebotes entre ambos por encima del 41%, más 9 asistencias de Lowry. Partidazo aunque tuvieran que tomar 39 tiros. Enfrente, en el dos contra dos que se esperaba, fueron desbordados Goran Dragic y Dwyane Wade (16 tantos por cabeza). El segundo, con problemas de faltas a los 7 minutos del primer cuarto. La intención de Deng y el rookie Winslow esta vez no bastó.

Y volvamos a Biyombo, el ex del Fuenlabrada: 17 puntos, 16 rebotes y 2 tapones, con una trascendencia capital en el juego de su equipo en el tercer cuarto, cuando empezó a decidirse el partido. Risueño, resuelto, positivo, no le borró la sonrisa ni siquiera un mamporro intencionado de McRoberts, que solo fue castigado con falta flagrante de tipo 1. En esta noche dominical, con todos esos ya famosos hinchas de la pantalla gigante vibrando, fue de los más felices en el Air Canada.

Hasta ese tercer periodo, Miami no le había perdido la cara al partido en ningún momento, aunque casi siempre fue por detrás. De hecho, solo tuvo una mínima ventaja en el segundo cuarto (36-37) tras tiro de Joe Johnson. Y tanto hizo la goma (0-9 para el 77-69, 2-8 para el 86-78) que esta al final se rompió. Lowry y DeRozan se turnaban para meterlo todo y aparecían Patterson, Carroll y Ross con canastas importantes para iniciar un despegue que ya se mantendría (96-80 a 9:41). Patterson se adueñaba del parqué para elevar la distancia a 20 (102-82) y adiós ya a los Heat con Biyombo disfrutando en los últimos minutos junto a los suplentes de Dwane Casey, uno de los arquitectos de este triunfo. A la décima eliminatoria llegó el primer pase a la final del Este para los Raptors (atrás queda aquella épica derrota ante los Sixers de Iverson por 4-3 en las semifinales de 2001), en balance ahora de 3-7 (22-33 en partidos). Y la NBA se quedó sin el morbo de ver a Miami y a Wade, contra Cleveland y LeBron. Y sin el récord que hubiera supuesto remontar un 3-2 en dos series de los mismos Playoffs.