La Selección femenina pone este viernes, junto al grueso de la expedición española, rumbo a Río. Conseguido el billete en el Preolímpíco mes y medio atrás, el grupo ha preparado en Pinto (Madrid) durante esta última semana el regreso a unos Juegos. Tras la decepción que supuso no ir a Londres, Lucas Mondelo asumió los mandos de una nave que desde entonces no se ha bajado del podio. Éxitos que no suponen una presión añadida. “La medalla será una consecuencia de muchas cosas, pero no el objetivo”, explica el seleccionador. Más aún tras la ausencia por lesión de Sancho Lyttle: “Una baja al nivel de Pau Gasol o tal vez un poco más”.

A la capitana Laia Palau le tocó transmitir al resto la noticia. “Hoy voy fastidiar a once tías”, pensó en aquel momento. “Dolió, sobre todo, por ella. Tenía mucha ilusión por ir”, prosigue a la vez que aclara que “fue, y no es, un palo”. Toca mirar hacia adelante.

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Una familia

A la hora de señalar las claves de esta Selección, todas coinciden (y se puede comprobar) en la unidad como la principal. “El otro día estábamos de compras y tuve la sensación de que, simplemente, me iba de viaje con mis amigas”, destaca Laia. “Te hace mucha ilusión. Estar con la Selección siempre es especial”, replica Alba Torrens, una de las referentes.

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Por éxitos y nivel humano, este equipo recuerda al masculino. Aunque eso sí, sin la famosa pocha: “Las hemos metido en la maleta, pero no somos muy de cartas”, cuenta Torrens. Palau detalla una brecha generacional en lo que a gustos musicales se refiere: “Las más jovenes son reguetoneras, mientras que a la otra mitad nos tira más el rock”, explica entre risas. Así que para evitar discusiones en Río han elaborado una lista en la que cada una selecciona una canción. “Una vez que se decide el orden ya no se cambia”, rubrica Alba. Problema resuelto.

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