El tiempo vuela, aunque la magnitud de la gesta nos acerca los recuerdos. Esta sábado 3 de septiembre se han cumplido diez años del mayor éxito de la historia del baloncesto español, del título mundial conquistado en Japón, en el mastodóntico Saitama Super Arena. Un pabellón dentro de un estadio, con helipuerto en la cima, a la altura del triunfo de una gran Selección. La primera página de oro de un libro que incluye tres Europeos ganados y tres medallas olímpicas.

El equipo, que era como una familia, se presentó en la cita mundialista como la mejor España de siempre. Llegaba tras nueve victorias seguidas en la preparación ante algunos de los enemigos más potentes del momento (dos triunfos ante Argentina y Serbia). Luego, en la competición, supo y pudo convertir ese equipaje repleto de sueños y también de frustraciones (seis finales perdidas hasta entonces) en el mayor logro de nuestro baloncesto.

Fue un torneo de película, con una semifinal de thriller y una final de ensueño. En octavos había caído Serbia; en cuartos, Lituania; en la semifinal, turno para Argentina, campeona olímpica dos años antes; y en la final... paliza a Grecia, vigente campeona continental y verdugo de Estados Unidos.

La prensa argentina alababa el talento español, sin embargo creía que en el día D cederíamos a la presión. Como tantas otras veces, como en tantos otros deportes. Pero eso no iba a pasar, no con esta generación, la de 1980, la de los júniors de oro. Pau Gasol se rompió el pie izquierdo cuando restaba 1:36 de la semifinal ante la mejor Argentina que se recuerda. Un duelo tan tenso que se mascó como plomo y en el que Sergio Rodríguez y Rudy, los benjamines, acudieron al rescate. Aun así, Ginóbili tuvo la última bola: asistió a Nocioni. El tiro voló un segundo que pareció una hora y... no entró. La locura. Fiesta mayor y llanto con un Gasol KO llevado en volandas por su hermano Marc y Garbajosa.

El MVP de Japón no jugaría la final dos días después. Baja gigante contrarrestada por el planteamiento de Pepu Hernández (su padre acababa de morir y lo mantuvo en secreto), los 20 puntos de Garbajosa y los 20 de Navarro, la puesta en escena de Reyes y la defensa de manual de Marc a Big Sofo. Oro mundial. Diez años ya, benditos recuerdos.