Les han crecido las uñas...

Después de 11 años en negativo (por debajo del 50% de victorias) y 12 sin alcanzar los playoffs, los jóvenes Wolves parecen dispuestos a romper la horrible racha esta temporada. Tienen las armas necesarias (las prepara con mimo el bueno de Thibodeau) y, sinceramente, ya les toca. En un Oeste en el que, más allá de los 3-4 primeros, la batalla estará más abierta que nunca, el talento de jugadores como Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins podría ser el factor diferencial que diera, por fin, una alegría a los de Minneapolis.

Con Ricky Rubio al timón en calidad de veterano (siete puntos, ocho asistencias, cuatro robos), los Wolves parecen haber encontrado el camino y la rotación para sumar triunfos. El base, siempre inteligente, dirige un quinteto en el que destaca Towns (18), brillan Wiggins (18) y LaVine, y el trabajo sucio se lo queda Dieng. Y por si eso fuera poco, por si sonara insuficiente, desde el banco muerden a base de talento Muhammad (18) y Bjelica (menos protagonismo para Hill, Payne, Jones, Butler y Lucas), barre Aldrich, apunta Rush y carbura (aunque pasado de revoluciones) el novato Kris Dunn. El número cinco del último Draft está más que preparado para competir y será importante en cuanto le bajen las pulsaciones. Hasta ahora, tres partidos, 27 lanzamientos y solo cinco aciertos. Eso sí, como Ricky, hace todo lo demás: asistencias, rebotes, robos...

Mucho por lo que creer en estos jóvenes Wolves.

Murray, a lo suyo

En los Nuggets, Juancho Hernangómez no estuvo fino. El rookie español acabó con dos puntos y falló los cinco tiros de campo que intentó. Todo lo contrario que su compañero Jamal Murray, que sigue anotando sin parar en pretemporada. Ayer, 14 puntos y dos triples.