Un compañero corre por delante después de que Sergio Rodríguez capture un rebote en su propio aro. ¿Resultado? El 'Chacho', con un pase típico de Kevin Love, encuentra a su compañero: dos puntos para los Sixers.

Resulta obvio que nadie ve el juego como él en Philadelphia (siete asistencias ayer). Los demás lo saben y parecen encantados de compartir parqué con Sergio. Pero van a necesitar mucho más que un poco de magia canaria para ganar partidos en la NBA. La realidad es que, salvo las increíbles sensaciones que está dejando Joel Embiid (está tres o cuatro niveles por encima de sus compañeros de equipo) y los pases de un 'Chacho' fallón (en pretemporada, 9/32 en los tiros y 5/25 en triples), los de Brett Brown tienen pocas razones para sonreír. Cuatro derrotas consecutivas, las últimas dos por más de 20 puntos... La temporada vuelve a pintar larga en Pensilvania, y mucho más después de la lesión de Ben Simmons.

Embiid, ¿un monstruo?

El número tres del Draft 2014 sigue mejorando sus registros pese a la estricta limitación de minutos. Todavía no ha pasado de los 14 minutos y ya lleva tres encuentros seguidos en dobles dígitos de anotación. Ayer, además de los 11 puntos, añadió la friolera de 12 rebotes. Un doble-doble exprés al alcance de muy pocos. En los últimos dos partidos ha acudido hasta 16 veces a la línea de personal: es un peligro y los rivales lo saben.

Beal y Wall, demasiado

Los Wizards no necesitaron grandes alardes para batir con facilidad a los Sixers en la capital, pero sí pudimos ver destellos des sus dos grandes estrellas. John Wall acarició el doble-doble (nueve puntos y nueve pases de canasta) y Bradley Beal, que estrena su más que lucrativo contrato (127M, cinco años), dio una exhibición en el lanzamiento: 22 tantos y 5/6 desde la línea de tres puntos. Además de capturar cinco rebotes y repartir cuatro asistencias. El escolta acabó con un +31 en sus minutos sobre la madera del Verizon Center.