A ocho días de comenzar la Regular Season los Chicago Bulls y Milwaukee Bucks han gestado un nuevo traspaso. Michael Carter-Williams abandona la franquicia de Wisconsin con destino Illinois. A cambio, reciben al alero Tony Snell. Ambos jugadores pertenecen a la clase 2013 —Carter-Williams fue elegido Rookie del Año en 2014—, por lo que podrían extender sus contratos antes del próximo 31 de octubre (como ya hizo su compañero de generación Giannis Antetokounmpo). Un opción poco probable en ambos casos, según la ESPN.

Desde el punto de vista de los Bulls, con la llegada de Carter-Williams obtienen a un base de nivel para suplir a Rajon Rondo (condenando así al ostracismo a Spencer Dinwiddie y obligando a Isaiah Canaan a actuar como escolta en pos de minutos). Sin embargo, a pesar de la ser un jugador muy versátil, su llegada no mejora la principal tara que tienen en su línea exterior: el tiro de tres puntos. MCW promedia un 25,5% de acierto a lo largo de su carrera. Unos mediocres porcentajes que se unen a los de Rondo, Wade o Jimmy Butler desde el triple. Para más inri, los de Hoiberg pierden a uno de sus más aseados tiradores.

En principio, este trade cobra algo más de sentido tomando partida desde el lado de los Bucks. La grave lesión de Krish Middleton les dejó sin su máximo anotador el pasado curso, además de gran defensor. Esta baja les obligó ya hace unas semanas a traspasar a Tyler Ennis para hacerse con los servicios de Michael Beasley. Con Snell refuerzan más una posición de 'tres' que había quedado huérfana (Antetokounmpo va a jugar de base). Además de deshacerse de un Carter-Williams que nunca se adaptó al equipo desde su llegada en febrero de 2015 y al que habían tratado de traspasar durante todo el pasado verano.