Los Angeles Clippers

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En busca de una identidad que destierre la sombra de Lakers

Los Clippers tienen marcado un claro objetivo: disputar su primera final de Conferencia. Lo que les ayudaría a sacudirse el estigma de ser el “tercer equipo del Staples”.

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En busca de una identidad que destierre la sombra de Lakers

No es fácil vivir a la sombra de un hermano mayor más guapo, talentoso y con más pelazo que tú. La historia de los Clippers refrenda esta afirmación. Deportivamente atraviesan una etapa más exitosa que sus vecinos —inmersos en pleno proceso de reconstrucción—, pero el glamour y los 16 anillos de los Lakers se imponen. Los de púrpura y oro siguen siendo, al menos en importancia mediática, el primer equipo de LA. No cabe duda. Han sido varios los jugadores y los momentos en las que pese a jugar en el Staples, los Clippers parecían estar disputando un encuentro fuera de casa. Para dotar al equipo de una verdadera identificación con la megalópolis californiana y no sentirse un “equipo de tercera” en el citado pabellón, Steve Ballmer ha dado ya los primeros pasos para la construcción de una cancha propia. Quién sabe, quizá así se desprendan de un estigma que les ha acompañado desde su mudanza a Los Ángeles en 1984.

La entidad nació 14 años antes, durante la expansión de la NBA en los 70 y bajo otro nombre (Braves) y sede (Buffalo). En el 78, su dueño —John Y. Brown— llegó a un acuerdo con su homólogo en los Celtics —Irv Levin— para intercambiar propiedades. De esta manera, Levin consiguió trasladar su propio equipo a su California natal. Algo que la NBA jamás le permitió hacer con el laureado e icónico equipo de Boston. Con la franquicia asentándose en San Diego, en mayo de 1981 Donald Sterling se convirtió en su nuevo y penúltimo propietario. A buen seguro que el magnate seguiría en el cargo si la NBA no le hubiese expulsado de la Liga en la primavera de 2014 como consecuencia de sus desafortunados comentarios racistas en una conversación privada con su amante y filtrada poco después por la prensa. Fue entonces cuando Steve Ballmer, cofundador de Microsoft junto a Bill Gates, hizo su aparición con el objetivo de cambiarle la cara para siempre a los Clippers. De momento, lo que ha conseguido es que los 2.000 millones de dólares que pago la conviertan en la venta de una franquicia NBA más cara de la historia. Al mismo tiempo que comparte el dudoso honor de ser uno de los tres equipos actuales (junto a los más jóvenes Hornets y Pelicans) que jamás ha pisado una final de Conferencia.

El propietario: Steve Ballmer

El que fuera mano derecha de Bill Gates en Microsoft ha optado por alejarse del primer plano del mundo de los negocios. Y para ello encontró en el verano de 2014 la oportunidad (aprovechando la expulsión de Donald Sterling) de hacerse con una franquicia de la NBA. En sus dos primeros cursos al mando, se ha convertido en uno de los propietarios más fanáticos y excéntricos de toda la Liga. Es conocido por sus meteduras de pata. No hay ninguna opción de que el iPhone consiga mercado”, dijo en 2007. Un visionario, vaya. Ahora está empeñado en dotar al equipo de una identificación propia. Para ello, harto del maltrato sufrido en el Staples, planea construir su propio pabellón.

El general manager: Dave Wohl

Wohl ostenta el cargo desde el verano de 2014, si bien en realidad su función es la de ejercer de consejero del presidente de operaciones de baloncesto: Doc Rivers, quien realmente manda y toma las decisiones. Este exjugador (Sixers, Blazers, Braves —hoy Clippers—, Rockets y Nets) lleva ejerciendo de mano derecha de Rivers desde que este comenzó su carrera de entrenador en Orlando allá por 1999. Antes de convertirse en la mano derecha de Doc, hizo carrera en solitario tanto en los banquillos (entrenador jefe de los Nets a mediados de los 80 y asistente de los Wolves tras) como en los despachos (Miami Heat).

La estrella histórica: Chris Paul

Si bien Bob McAdoo fue el primer gran referente de los por entonces Buffalo Braves (y además único MVP, 1975), el impacto de Chris Paul en el equipo desde su llegada le hace merecedor de esta distinción. Aún más si tenemos en cuenta que tras su frustrado traspaso a los Lakers en diciembre de 2011, apenas unos días después firmó por los Clippers. Con él, el equipo rompió una racha de cinco años consecutivos sin pisar los Playoffs. Las mismas temporadas consecutivas que llevan entrando… y sin pasar nunca de la segunda ronda (un mal fario que une a franquicia y jugador). CP3 siempre ha sido All-NBA con la camiseta ‘clipper’: tres veces incluido en el primer quinteto y dos en el segundo. Jugador mayúsculo y referente dentro y fuera de la cancha (es el presidente del sindicato de jugador).

El momento histórico: séptimo partido ante los Spurs (2015)

Probablemente estamos hablando de la mejor serie de primera ronda de todos los tiempos. Los Clippers tumbaron nada más y nada menos que al vigente campeón forzando en San Antonio un séptimo partido majestuoso que selló con un canastón para el recuerdo un Chris Paul que estaba jugando lesionado. Un tiro a tabla sobre Tim Duncan (con el que se abrazaría segundos después en otra entrañable imagen) que puso fin (111-109) a un duelo con 31 cambios en el marcador. Un monumento moderno del baloncesto que parecía indicar que ese cercano 2015, por fin se iba a convertir en el año de los Clippers. Parecía que así iba a serlo… pero cuando dominaban 1-3 a los Rockets en las semifinales del Oeste acabaron cediendo en un inexplicable 3-4.