Los Hornets tienen un plan y un estilo, los Bucks se quedaron sin él cuando parecían una de las sensaciones jóvenes de la futura NBA. A pesar de la marcha de Al Jefferson, Courtney Lee y Jeremy Lin, los de Carolina mostraron su personalidad en Milwaukee y ganaron al estilo Clifford: defensa y buen manejo del ataque, sin florituras y sin grandes errores.

Entre las muy buenas noticias, el gran partido de Kidd-Gilchrist en ataque (la defensa y el rebote se le suponen): 23 puntos y 14 rechaces. También la energía de Roy Hibbert (15+9 y buena defensa) y Nico Batum. Con ese trabajo no hizo falta un gran partido de Kemba Walker (17 puntos y 8 asistencias con 15 tiros). Sólidos, así son los Hornets, estuvieron Marvin Williams, Cody Zeller…. Es la línea que puede llevar a la franquicia de Michael Jordan a playoffs.

En los Bucks, muy poco sentido. Así está siendo el descenso a los infiernos de un equipo que apuntaba muy alto hace menos de dos años. Giannis Antetokounmpo sigue confirmado que será una súper estrella: 31 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias pero Jabari Parker (4/9, 13 puntos) tiró menos que Teletovic (3/12, 6 puntos), Dellavedova (5/10, 11) y Greg Monroe (14+10 pero 5/14, imperdonable en un jugador de sus características). Jason Kidd tiene a los Buck en un embolado, sin apenas personalidad y muy poco sentido. En cambio los Hornets, aunque su techo no es muy sólido, apuntan otra vez a bloque sólido que peleará por los playoffs.