Los Lakers encadenan tres derrotas seguidas aunque la imagen no tiene nada que ver con la de la pasada temporada con Byron Scott. Después del brillante triunfo ante los Rockets, los angelinos han afrontado una dura gira con visitas a Utah, Oklahoma City e Indiana (115-108 final). Y todavía tienen que jugar en Atlanta antes de volver al Staples... para recibir a los Warriors. Después tendrán partidos a priori de mejor perspectiva en su pista ante Suns y Mavericks. El caso es que, como en Utah y solo a ratos en OKC, los Lakers dieron buena imagen a pesar de acabar perdiendo y a pesar de que todavía no han contado con grandes actuaciones de D'Angelo Russell (no al menos a su nivel más explosivo) o el rookie Brandon Ingram. Esta vez el primero anotó 11 puntos y el segundo, dos.

En cambio los angelinos funcionan como bloque y resisten embestidas que en los últimos años les habrían dejado en fuera de juego: remontaron 16 puntos para tomar el mando (107-108) antes de sucumbir a las acciones individuales de Paul George, que anotó los últimos doce puntos de su equipo, al que sacó de un buen lío después de las estrepitosas derrotas en Chicago y Brooklyn. George acabó con 30 puntos, 7 rebotes y 4 robos, Monta Ellis anotó 17 y Thaddeus Yong 14. Pero Jeff Teague y Myles Turner se quedaron en 9 por cabeza con un 6/22 en tiros entre los dos.

En los Lakers, lo mejor llegó desde el banquillo: 19 puntos Lou Williams, 15 Clarkson y buenos minutos de Larry Nance y José Manuel Calderón (9 puntos, 2 asistencias). El equipo de Luke Walton tiene un largo proceso de maduración por delante. Los Pacers, por su parte, tienen que defender mucho mejor si quieren ser ya una alternativa de categoría en el Este.