"Creer en el Proceso". Ese es el mantra del hijo de la agresiva política hecha por Sam Hinkie para reconstruir a los Sixers: Joel Embiid. Cada vez que sobresale por encima de sus iguales, el pívot saca a relucir esa idea y esta madrugada (como la anterior y la anterior y la anterior) pudo repetir su frase favorita en la victoria de Philadelphia 76ers ante Miami Heat (101-94). Es impresionante verle sobre una cancha de baloncesto. Todo lo que hace, todo lo que sabes que va a hacer. El cielo es el límite y se le va a quedar pequeña esa frontera. 

Embiid finalizó el partido con 22 puntos, 5 rebotes y 3 tapones para un +6 con en el pista y gritos de ¡MVP! ¡MVP! desde una grada que disfrutó con el duro enfrentamiento contra Hassan Whiteside. Ambos son el presente de los pívots dominadores en la Conferencia Este, el futuro de los centers en la NBA. El gigante de la franquicia de Miami alcanzó los 32 tantos, la mejor marca de siempre en su carrera, y 13 rebotes, para ganar el duelo individual, pero no el colectivo que se llevaron los Sixers.

Y lo hicieron por la incidencia de Embiid en los tres últimos minutos. Salió desde el banquillo con leve ventaja para los suyos (91-90) por Okafor (muy bien también: 15 tantos) y se involucró, activa y pasivamente, en todas las acciones de relevancia para llevar la diferencia al +7 final. Primero con cinco tiros libres (4/5), luego con un robo y para terminar, dos rebotes. 

Con ese momento de inspiración del rookie de tercer año, los Sixers sumaron su cuarta victoria de la temporada, la cuarta en casa y la segunda consecutiva. Y lo hicieron con esfuerzo. No puede ser de otra manera para ellos, la verdad. Son jóvenes y el camino no ha hecho más que empezar para ellos... menos para un Sergio Rodríguez que superó una prueba de fuego. El base español comenzó de titular, como durante todo el curso, pero con Jerryd Bayless, el teórico base titular, ya recuperado de la lesión que le ha tenido 13 partidos de baja. Pero, además, estuvo soberbio a la hora de afrontar el aro rival con un 4/4 (1/1 desde el triple) para 9 puntos. Una perfección obtenida en 20 minutos de juego y a la que hay que añadir 5 asistencias. Nada mal para un partido de finales de noviembre.

Genial pase del Chacho para Henderson