VALENCIA 83 - BILBAO BASKET 61

El Valencia ganó cuando quiso a un Bilbao Basket sin recursos

El ritmo impuesto por los bases y la efectividad de Thomas desarbolaron a los vizcaínos, cansados por el trajín desde Lituania. Desigual aportación de los banquillos

Valencia
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Por su descanso europeo, el Valencia Basket tuvo una semana para masticar el partido ante el Bilbao mientras éste se movía por el aire, en tres aviones, desde Lituania por su cita en la Eurocup. Por esa razón no se explica plenamente el paseo taronja en La Fonteta pero algo tendría que ver. También es verdad que la cabeza se va casi inconscientemente a la cita del miércoles ante el Fuenla en Miribilla, que otorga casi de forma definitiva el billete al Top-16. Eso no se puede pasar por alto y tampoco que, aunque ambos contendientes en La Fonteta compartían saldo de victorias, están en ligas distintas. Fue madurando la fruta el cuadro de Pedro Martínez y al final del tercer cuarto clavó la estocada al torito manso, al que le vienen parciales enormes como un tsunami que no puede parar con diques de cartón (18-2). El RETAbet se las arregló como pudo para contener la avalancha y su banquillo, otra vez en plan escuálido, no aplacó el desborde.

El regreso de Carles Duran a Valencia no pudo ser más amargo. La defensa del Valencia se va ajustando. Y la dirección de Diot y Vives son una montaña imposible de hollar para un Tabu que sigue sin coger ritmo. La fluidez estuvo del lado local y permitió meter en dinámica a un Thomas que estaba en todas partes. Esta vez el Bilbao no se metió con titubeos en el partido; este arrancó nivelado, con la sorpresa de Van Rossom de salida. Eric sostuvo un interesante pulso con Kravtsov y parecía interesante el tema. Cuando apareció Antoine Diot, puso en evidencia los problemas en la dirección del RETAbet: cogió el balón con enorme personalidad y atrajo defensores, circuló la bola y desnudó la falta de ayudas en los hombres de negro. Otra vez desde un -5, el Bilbao se desplomó en el tercer cuarto. El rebote ofensivo y dos mazazos en el tercer acto decantaron la balanza. Y sobre todo, la aportación del banquillo: 46 puntos y 69 de valoración salieron de ahí en los locales, por 8 y -3 de los visitantes

La solución de Mumbrú al poste se quedó en nada cuando Sato interpuso su gran físico. Se conocen de sobra, son viejos lobos de mar. Con el choque decidido, Bamforth asumió toda la responsabilidad ofensiva de los visitantes y logró al menos que la diferencia no se fuera más allá de los veinte puntos, labor de maquillaje como ante el Lietuvos.