Los Warriors se resarcieron de la derrota ante los Rockets sacando a relucir toda su maquinaria ofensiva. Un huracán de triples (14), asistencias (37) y mates ante el que los Suns apenas pudieron resguardarse (138-109). Stephen Curry se encargó de dinamitar el duelo en el tercer cuarto (sólo DeRozan anota más qué él en dicho periodo) para liderar con sus puntos 20 (de 31 totales en una serie de 10/15 en tiros) un demoledor 42-27. El base volvió a contar con la colaboración del resto de integrantes de ese Fab Four que, a falta de la prueba final (los Playoffs), va camino de hacer historia por la manera en la que neutraliza a los rivales cuando meten una marcha extra. Y siguen dando la sensación de que tienen un par más guardadas en la recámara. Kevin Durant fue de menos a más para acabar con 20 tantos (y 8 asistencias) tras mirar el aro en únicamente siete ocasiones. Por su parte, Klay Thompson entró en combustión en el segundo cuarto: 18 de sus 26 puntos llegaron entonces. Es la cuarta noche consecutiva en la que tres de sus jugadores alcanzan la veintena. Lo que no se veía en los de Oakland desde febrero de 2009. Draymond Green se unió a la fiesta repartiendo 13 asistencias en 28 minutos, además de volver a sacar a pasear la pierna.

Según avanza la temporada, las dudas del comienzo se van disipando. Los Warriors están sabiéndose ajustar a la nueva realidad que representa la llegada de Kevin Durant y el adiós de jugadores como Bogut y Barnes. Aunque con matices, mantienen su esencia. Siguen divirtiéndose sobre el parqué y hacen disfrutar al resto (lo de JaVale McGee tratando de sacar de fondo tras lanzar dos tiros libres su compañero Ian Clark es otra historia). Son ya 106 partidos sin cosechar dos derrotas seguidas en Regular Season (récord histórico NBA). Y 14 ya los encuentros de esta temporada en la que alcanzan las 30 asistencias. Ante Phoenix fueron un total de 37 en 49 lanzamientos convertidos. Un porcentaje de acierto del 62,8%. El mejor dato en lo que llevamos de temporada. Una máquina de jugar al baloncesto que, día sí y día también, vuelve a depararnos una catarata de datos. No hay mejor manera para entenderlos que viéndoles jugar.

La buena química imperante en el vestuario (ver las risas que produjo durante y después del partido la confusión de McGee) se tradujo en las mejores actuaciones de David West y el propio JaVale McGee desde que este verano aterrizaran en Oakland. Con los reservas también sumando, a los Suns no les quedó otro remedio que aguantar el chaparrón. No bajaron los brazos y pelearon hasta el final. Pero poco más que añadir. Eric Bledsoe (21+4+5 y 5 robos) y el joven Devin Booker fueron los más destacados, con la excepción de los 10 puntos y 4 rebotes de Dragan Bender (número cuatro del último draft). Poco pudieron hacer unos Warriors que se mantienen como el equipo con mejor récord tras 20 partidos jugados: 17-3, 85% de victorias.