PISTONS 102-BULLS 91

Mirotic vuelve a las andadas y los Bulls, tres derrotas seguidas

El español no dio continuidad a su buen partido ante los Blazers y los Bulls se hundieron en el último cuarto ante unos Pistons más frescos.

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NBA

El Este es un lío. Suponemos que los Cavs irán abriendo otra vez la brecha que se estrechó con sus extrañas tres derrotas seguidas. Y suponemos que si los demás se enredan, los Raptors volverán a emergen como principal alternativa. ¿A partir de ahí? Un pandemonio que aumenta con la competitividad de los Bucks, la (sorprendente, creo) mejora de los Magic y el regreso de Reggie Jackson a unos Pistons que han ganado cuatro de sus últimos cinco partidos. Los Wizards no llegan, los Celtics no se definen y ahora las acciones de los Knicks suben y las de los Bulls caen… Total: entre el tercero (Hornets, 12-9) y el duodécimo (Magic, 10-12) solo hay dos partidos y medio de diferencia.

Y en uno de esos constantes partidos entre los ocho o nueve equipos que se tienen que repartir seis plazas de playoffs, los Pistons derrotaron (102-91) a unos Bulls que huelen a chamusquina tras algunos partidos en los que parecía que todos los males que les pronosticábamos en pretemporada podían ser paliados por una cuestión de esfuerzo, inteligencia y liderazgos de vestuario. No es así: la suspensión de un Rondo que volvió tras no arreglar las cosas precisamente ante la prensa (“escribid lo que queráis sobre mi suspensión, allá vosotros”) y la falta de estabilidad en un buen puñado de jugadores lastra a un equipo que ahora suma tres derrotas seguidas, justo después de derrotar a los Cavs y ver la vida (con un 11-7 que ya es 11-10) tal vez en tonalidades demasiado rosas.

Esa falta de estabilidad colectiva afecta sobre todo a un banquillo que solo aportó 11 puntos, con un Mirotic que volvió a las andadas tras dar buen tono ante los Blazers: 5 puntos, 6 rebotes, 2/7 en tiros y 1/4 en triples. Sus grandes partidos siguen siendo excepción, ni mucho menos por ahora norma. Rondo anotó 10 puntos y repartió 2 asistencias (pírrico si tiene que demostrar que su juego compensa los quebraderos de cabeza que genera) y poco importó que Jimmy Butler acabara con 32 puntos (11/21), 6 rebotes y 4 asistencias para convertirse en el primer bull desde Michael Jordan (1996-97) con 15 partidos seguidos de al menos 20 puntos. O que Dwyane Wade esté ya en el selecto club de los 20.000 puntos, 5.000 asistencias y 4.000 rebotes. Los Bulls perdieron, lastrados por un pésimo último cuarto en el que, otra vez, afloraron todos sus problemas de dirección. No es casualidad que sea el equipo que peor lanza de toda la NBA en esos últimos parciales: 36,9%.

En los doce minutos finales los Pistons sellaron el triunfo con un parcial total de 31-19 construido sobre un 12-0 que convirtió el 71-75 tras triple de Mirotic en 83-75. Van Gundy, que (resulta obvio) abrumó a Hoiberg en la batalla de banquillos, ganó el partido con Tobias Harris (22 puntos, 7 rebotes) y cuatro suplentes: Leuer, Baynes, Ish Smith (10 asistencias) y Darrun Hilliard. Con una excelente defensa que agotó a unos Bulls que, eso sí, estaban en cuarto partido en cinco noches. Y con las ideas muy claras (Smith asistía, Harris anotaba) sin Reggie Jackson (7 puntos, 7 asistencias) y sin un Andre Drummond (15+10, 14 puntos en la primera parte) que pasó de gobernar el partido a ritmo de mates y palmeos a ser un problema por el hack-a ordenador por Hoiberg. Al banquillo, el acorazado Baynes a pista y otra victoria para unos Pistons que están 12-10 y han superado sin grandes heridas la larga ausencia de Jackson. Una vez más, excelente trabajo de Stan Van Gundy.