AS COLOR: Nº 236

Ron Taylor, el primer 'marciano' del baloncesto español

El pívot brilló en el Estudiantes en la temporada 1973-74 y se convirtió en actor tras su retirada. Participó en dos versiones televisivas de 'Star Trek'.

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Ron Taylor, el primer 'marciano' del baloncesto español

Es conocida la historia de Chewbacca y su fichaje por el Real Madrid. Pero el célebre extraterrestre de la Guerra de las Galaxias que llegó a encarnar Mark McNamara (de forma testimonial, eso sí, porque las escenas que rodó sustituyendo temporalmente a Peter Mayhew, el actor que daba vida al carismático ‘wookie’, fueron descartadas) no fue el único ‘hombre del espacio’ en jugar en la máxima categoría del baloncesto español. Lustros antes de que este pívot campeón de la NBA (Sixers, 1982-83) y fugaz compañero de Han Solo pisase la Península Ibérica para firmar por el club blanco (1991-92), y antes por el Caja de Ronda (1986-87) y el Juver Murcia (1990-91), otro ‘marciano’, había militado en un equipo de la capital de España: el Estudiantes. Su nombre, Ron Taylor (Torrance, California, 21-11-1947), un histórico del conjunto colegial por ser el primer extranjero que contrató la entidad fundada en 1948, una vez que la Liga Nacional ya permitía el fichaje de un foráneo por equipo.

Tiny (Pequeñito) Ron, nombre artístico de Taylor, quien contrariamente a lo que indica su apodo mide 2,13 metros, ‘surcó las estrellas’ tiempo después de jugar, y a gran nivel, en España, donde aterrizó para disputar la temporada 1973-74. La carrera de actor que emprendió tras colgar las zapatillas acabó con su enorme figura en ‘Star Trek’, el mítico universo que inmortalizó al capitán James T. Kirk y al comandante Spock. Y lo hizo en dos de las versiones televisivas que ha tenido esta famosa franquicia de ciencia-ficción. Así, interpretó en siete episodios a Maihar'du, sirviente de la especie humanoide Hupyrian, en ‘Star Trek: Deep Space Nine’ (‘Star Trek: Espacio Profundo Nueve’), serie emitida de 1993 a 1999, y en dos capítulos a Irdin, ser perteneciente a una raza nómada de cazadores denominada Hirogen, en ‘Star Trek: Voyager’, producción estrenada en 1995 y que vio su fin en 2001.

Podría decirse que la ‘trayectoria galáctica’ de Taylor fue más sólida que la de McNamara, aunque seguramente pierde en la comparativa de sus respectivas carreras profesionales en el baloncesto. Al menos por presencia en la competición más importante del planeta, la NBA, liga que el antiguo pívot del Estudiantes nunca alcanzó (aunque fue elegido en la segunda ronda del draft de 1969 por los Seattle Supersonics), a diferencia del exmadridista (pasó por Spurs, Kings y Lakers, además de por los Sixers). No obstante, Taylor, que sí disputó 75 partidos en la desaparecida ABA entre la campaña 1969-70 y la 1971-72, destacó en su único año en España y fue un jugador sólido en la NCAA, con promedios de 10 puntos y 7,7 rebotes de media en cuatro temporadas (1965-1969).

El curso de Taylor en España, el 1973-74, fue especial para un Estudiantes que afrontaba su primera experiencia en una competición europea, la Recopa, lo que motivó la importante inversión en el fichaje del center formado en la Universidad de Southern California. El contrato del californiano consistía en unos emolumentos de 13.000 dólares anuales y una paga de 150.000 pesetas al mes, además de incentivos, aunque sólo recibió el de pasar rondas en Europa, 1.000 dólares, según recoge un artículo de Alonso de Palencia y Santi Escribano publicado en 2008 en la revista ‘La Nevera’. El rocoso pívot se convirtió en el jugador más alto que jamás había tenido el Estudiantes (el récord hasta entonces lo tenía Miguel Ángel Estrada con sus 2,07 metros) y no decepcionó en absoluto. Fue el octavo máximo anotador de la principal categoría del baloncesto español con una media de 22,4 puntos por partido, teniendo algunas actuaciones extraordinarias, tanto en Liga como en Europa, donde el equipo entrenador por Chus Codina alcanzó las semifinales (cayó ante el poderoso Estrella Roja, que acabaría proclamándose campeón del torneo). Así, por ejemplo, le endosó 42 puntos al Pineda y 40 al Mataró y al Círculo Católico en la competición doméstica, además de 39 al Steaua de Bucarest en la fase de grupos de cuartos de final de la Recopa. También brilló ante el eterno rival de la ciudad, el Real Madrid, especialmente en el duelo liguero disputado en el pabellón de los blancos, donde cuajó un soberbio primer tiempo y acabó con 28 puntos que, sin embargo, no impidieron la derrota de su equipo (111-83).

Taylor había llamado la atención de la entidad del Ramiro de Maeztu tras participar en una gira por Europa con el Gillette All Stars, equipo formado por jugadores americanos cuyo principal objetivo era conseguir un contrato a este lado del charco. Y el pívot californiano cumplió en gran medida con las altas expectativas que él mismo levantó en una entrevista en AS nada más aterrizar en el Magariños. Aunque se puso el listón demasiado alto. “Soy mejor que Blondet y que Luyk”, aseguró. Casi nada. El primero, conocido como El Mago, había brillado sobremanera en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 con Puerto Rico y era un fichaje de relumbrón del Barcelona aquella temporada. Luyk, por su parte, es una de las grandes leyendas del Real Madrid y del baloncesto español gracias a un palmarés descomunal (14 Ligas, 10 Copas de España, 6 Copa de Europa…). Más tarde el center del Estudiantes negaría haber realizado estas afirmaciones (“Puede que no me entendieran por un defecto de idioma”), pero en cualquier caso, su excelente rendimiento acabaría justificando en cierto modo la comparación con estos dos jugadores de tanto pedigrí.

Taylor marcaba diferencias más por su potente físico que por su talento y se hacía respetar en la zona. Aquella temporada fue la segunda arma principal en ataque del equipo madrileño tras Gonzalo Sagi-Vela, un gran anotador exterior que lideró la clasificación de la Liga en esta faceta en la campaña 1971-72 y que acabó tercero en la 1973-74 (27,7 puntos por partido). El Estudiantes cerró su buena campaña con un cuarto puesto (en la Copa cayó en semifinales ante el Juventud) en un torneo que dominaba con mano de hierro el Real Madrid, eterno campeón de todo en España por esa época. La entidad colegial intentó prolongar el contrato del pívot, bautizado con humor en el vestuario como el Tuercas por su supuesto parecido con Frankenstein, pero fue misión imposible por las ambiciosas aspiraciones económicas del jugador norteamericano. De esta manera, Taylor puso fin a su etapa en España después de tan sólo una temporada para regresar a Austria, país donde ya había triunfado (había sido campeón de Liga y Copa con el UBSC Viena) antes de recalar en el Estudiantes.

Ron Taylor

Casado con una alemana del Este, que además era su agente, Ron Taylor dejó huella por sus aptitudes sobre la cancha y por formar parte de la historia de un club de tanta tradición como el colegial. Años antes también había conseguido poner su nombre en los anales del baloncesto norteamericano al ser testigo de excepción del estreno oficial en la NCAA de una de las principales leyendas del deporte de la canasta, Kareem Abdul-Jabbar. Sucedió el 3 de diciembre de 1966 y Taylor no salió bien parado ante un ciclón llamado por aquel entonces Lew Alcindor. Ese día lejano de invierno le tocó la ingrata tarea de tener que marcar al que más tarde se convertiría en el jugador que más puntos ha anotado en la historia de la NBA, en un duelo entre UCLA y la Universidad de Southern California (USC), ganado por los primeros (105-90). Los 12.689 espectadores que llenaron la grada del Pauley Pavilion de Los Ángeles presenciaron una auténtica exhibición de Alcindor, autor de 56 puntos ante un Ron Taylor que se vio desbordado en defensa. No obstante, el pívot de USC fue capaz de hacer daño en ataque frente al jugador que acabaría siendo mito de los Lakers, anotando 16 puntos.

Taylor tuvo que sufrir varias veces más a Alcindor en aquellos años universitarios. Pero salió victorioso de su último duelo, disputado el 8 de marzo de 1969 (44-46). Además, fue decisivo encestando dos tiros libres que pusieron a su equipo por delante en el marcador a un minuto y 27 segundos del final, y dejando al ilustre ‘Hall of Famer’ en sólo 10 puntos. Aquella victoria, sin duda, tuvo un sabor especial para el que luego sería pívot del Estudiantes: supuso el fin de una racha de 17 derrotas consecutivas de USC ante UCLA, potentísimo equipo que venía de ganar 41 partidos seguidos y que había vencido en los anteriores 52 choques que había jugado en su pabellón.

Después de las batallas frente a uno de los jugadores más dominantes de la historia, de pasar por la ABA y de jugar cinco años en Europa, con su breve y exitosa etapa en España, Taylor inició la carrera de actor que le acabaría ‘transformando’ en extraterrestre para ‘Star Trek’. Y, curiosamente, en la búsqueda de algún papel coincidió en audiciones con su antiguo rival universitario, ya con el nombre de Kareem Abdul-Jabbar (el seis veces campeón de la NBA ha participado en varias películas). La filmografía de Tiny Ron, que sigue en activo y posee una academia de cine en Los Ángeles, incluye también largometrajes como ‘Agárralo como puedas’ (1988), ‘Rocketeer’ (1991), ‘Ace Ventura, un detective diferente’ (1994) o, más recientemente, ‘El libro de Esther’ (2013) y ‘Dancer and the Dame’ (2015), entre otras. En Youtube, además, puede encontrarse una pequeña historia que grabó en Madrid, cuando militaba en el Estudiantes y su carrera en el cine no era más que un sueño. De alguna manera, el club colegial, que actualmente tiene representación en la NBA con dos canteranos como Juancho Hernangómez (Denver Nuggets) y Lucas Nogueira (Toronto Raptors), también cuenta con su pequeña presencia en Hollywood gracias a Ron Taylor, el primer ‘marciano’ que jugó en España. No todos los clubes del baloncesto español pueden decir lo mismo.