Cuando Pau y Marc Gasol se enfrentaron por primera vez en la NBA el 22 de diciembre de 2008, nadie podía imaginar que una proeza semejante, la de un duelo entre hermanos españoles en la mejor liga del mundo, podría volverse a repetir. Pero nos equivocábamos porque los Hernangómez, Willy y Juancho (por edad) se enfrentaron esta madrugada en la victoria de Denver Nuggets (Juancho) ante New York Knicks (Willy) por 127-114. Aunque decir que se midieron, no sería del todo cierto. El hermano pequeño (21 años cumplidos en septiembre) tuvo que contentarse con disputar solo dos minutos y cuando el mayor ya estaba en el banquillo. Es más, cuando uno salía, el otro entraba.

No es la primera vez que el exestudiantil tiene un protagonismo tan marginal. En su debut en la Liga estuvo sobre la cancha unos escasos 39 segundos y en su cuarto encuentro, frente a Boston Celtics, dos y medio. Es la dificultad del profesionalismo americano y de la aglomeración de hombres en sus posibles puestos. Pero solo es el principio. Vendrán tiempos mejores.

Al contrario que Juancho, Willy (22 años hechos el pasado mayo) tuvo una incidencia mayor en los Knicks, aunque de poco sirvió ya que los neoyorquinos naufragaron desde el principio. El expívot del Real Madrid estuvo en pista 28 minutos, su segunda mejor marca desde los 29 frente a Atlanta, aunque en esta ocasión todo fue a mejor. Sus 17 puntos son su anotación más alta, por el momento, en la NBA. Además, atrapó 10 rebotes. La combinación de ambos guarismos le permiten igualar un récord de hace 31 años en la Gran Manzana: desde 1985 (exactamente el 19 de enero) ningún rookie del equipo había conseguido al menos 15 tantos y 10 capturas saliendo desde el banquillo. Nada mal para un día en Colorado.

La incidencia del mayor de los Hernangómez (que tienen una hermana pequeña en el Estudiantes) se pudo ver desde su salida. Con un 14-0 en puntos en la pintura a favor de los Nuggets y 22-11 en el marcador, el pívot sustituyó a Porzingis (22 puntos) y dio algo más de fuerza a la zona. No tanto por el letón, sino por Noah. El francés está ahí, aunque hace mucho que no se sabe el porqué y, por eso, en Denver jugó sólo 11 minutos.

A pesar de su aparición, los Knicks cerraron el segundo cuarto por detrás en el marcador (62-54) tras una canasta de Carmelo Anthony. El alero llegó al descanso con 18 puntos y cerró el duelo con 29. Un parcial 8-12 (70-66), culminado con un triple de Brandon Jennings, asustaba, pero no mataba y Denver respondió de inmediato con un 15-3, coronado con un mate de Faried (25): la ventaja ya era insalvable (85-69) y el triunfo se quedaba en Colorado. 1-0 para el pequeño de los Hernangómez.