Lo visto esta última madrugada sólo podía ocurrir en Sacramento y tener como protagonista a DeMarcus Cousins. El pívot de los Kings inició el partido multado por su equipo tras el encontronazo que protagonizó la pasada semana con un periodista. Lo acabó expulsado, regresando poco después al encuentro para ejercer de héroe en el triunfo ante los Blazers (126-121) gracias a sus 55 puntos (a uno de la mejor marca de su carrera) y 13 rebotes. Surrealismo puro en Sacramento.

Los Blazers, sustentados en el trío de siempre (McCollum —36—, Lillard —24 y 15 asistencias— y Plumlee —27+13+5—) volvieron a tirar por borda su ventaja ante el huracán Cousins. Anotó dos triples consecutivos dentro de los dos últimos minutos que pusieron por delante a los californianos. Con empate a 119 y 35 segundos para el final forzó el 2+1 ante Plumlee. En la celebración tras la canasta su protector bucal salió disparado de su boca hacia el banquillo visitante. Segunda técnica y expulsado. Sin embargo, al revisar la jugada los árbitros dieron marcha atrás y le retiraron la técnica en cuestión al considerar que "no arrojó el bucal, sino que este se desprendió de su boca". Regresó del vestuario para lanzar el tiro libre en pleno éxtasis del Golden 1 Center. "Un partido de locos", como reconoció el propio Dave Joerger. Sus Kings, con este triunfo dejan muy tocados a los de Oregón. Portland mantiene aún la octava posición del Oeste, aunque los Nuggets están ya a medio partido de diferencia y los Kings a uno.