ROCKETS 129 - KNICKS 122

¡Historia de la NBA! Exhibición salvaje de Mr. Harden: 53+16+17

La Barba acabó el partido con números de videojuego. Los Knicks no pudieron contar con Porzingis y perdieron también a Carmelo. Cavaliers vs Warriors: 4º partido Final NBA

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Siempre fui de esos locos (pesados) que no hacen más que tirar triples en el NBA 2K. Pero nunca imaginé que vería en la vida real a un equipo que abusara de semejante manera del lanzamiento de larga distancia. Evidentemente, estaba equivocado. Los Houston Rockets son un equipo de videojuego. Y, en esta ocasión, lo digo como el mayor de los halagos. Es un equipo imposible de defender, liderado por un jugador imposible de defender. James Harden jugó ayer uno de los partidos más increíbles jamás vistos sobre una cancha de baloncesto. No exagero lo más mínimo. La Barba, aprovechando las facilidades que suele conceder la defensa knickerbocker, dio una exhibición que quedará para siempre grabada en nuestras retinas. El triple-doble más salvaje de la historia de la NBA: 53 puntos (14/26 en los tiros, 9/16 en triples y 16/18 desde la personal), 16 rebotes y 17 asistencias. Nadie había conseguido acabar un partido con 50+15+15 hasta que Harden lo hizo ayer, batiendo por el camino varios récords personales (puntos y triples) e igualando la máxima anotación histórica en un triple-doble (Wilt Chamberlain). Sobran las palabras, corran a verlo. Qué escándalo, de verdad. Contando sus 53 puntos y los que sumaron sus compañeros en cada una de sus 17 asistencias, podemos decir que el '13' fue responsable de 96 puntos. ¡96 puntos!

55 triples intentados, 21 aciertos, 30 asistencias, 129 puntos... Todo en back-to-back, después de los 140 de ayer. Partido en el que, por cierto, Harden se convirtió en el primer Rocket desde que se cuentan los robos que logra un 30+10+10+5. Otro día en la oficina para uno de los ya grandes candidatos a MVP 2017. Qué invento estos Rockets. Algún día echaremos la vista atrás y nos reiremos de aquellos días en los que La Barba jugaba de escolta... Gracias, D'Antoni.

Un maestro de las ventajas (pick&roll y aclarados) en una posición inmejorable. Harden, rodeado del mejor elenco de tiradores secundarios de la Liga, florece ante la mirada de un mundo que alucina con el ritmo y la locura controlada que ponen en práctica estos Rockets. Un equipo creado sobre la estadística que dibuja jugadas para triples de ocho metros. Un baloncesto nuevo que puede gustar o no, pero desborda rivales con la frescura de una idea que funciona. Funciona en las manos de Harden y con los fusiles de Anderson (25), Gordon (15, cinco triples), Ariza (14) y compañía.

El partido

Más allá de los números, La Barba se puso el partido por bandera desde el salto inicial. Arrancó con dos aciertos desde el triple y repartiendo a diestro y siniestro (seis asistencias en el primer cuarto). Llegó al descanso desatado, remontando una desventaja inicial que llegó a los 11 puntos con más triples y una línea estadística que nos llevaba directos al mundo de los sueños: 24 puntos, 9 rebotes y 10 pases de canasta... ¡Al descanso!

Tras el intermedio continuó el parcial de los Rockets, del 40-31 visitante al 80-61 local en unos 12 minutos de juego (locura...). Sin embargo, hizo aparición la otra cara del equipo texano: sin preocupación alguna por la defensa y de gatillo fácil, los de D'Antoni permitieron que los Knicks escalaran la montaña sin Porzingis (molestias en el tendón de Aquiles), Lee (muñeca), O'Quinn (síntomas gripales) y un Carmelo Anthony que no volvió tras el descanso con dolor en la rodilla. Tanto se dejaron llevar los Rockets que los visitantes se pusieron a solo tres puntos una y otra vez en el último cuarto, liderados por el mejor Brandon Jennings de la temporada (32 puntos, cinco rebotes y siete asistencias). Al final, tres tiros libres de Harden (los rivales terminaron defendiendo con las manos en la espalda) y un par de triples más cerraron el choque y la victorias se quedó en casa. Triunfo número 26 de unos Rockets que dicen adiós al 2016 con un diciembre de récord: 15-2, mejor que nadie en la NBA.

Willy Hernangómez aprovechó las diferentes bajas en el conjunto neoyorquino para disputar 20 minutos lejos del Madison Square Garden y capturó 10 rebotes, pero falló cuatro de los cinco tiros que intentó.

Lo dicho: corran a verlo y disfruten de un jugador de videojuego en un equipo de videojuego. Salvaje.