El Baskonia laminó poco a poco al Madrid hasta que lo destrozó definitivamente en el tercer periodo con un parcial de 15-0 que se estiró hasta un 33-10. Del empate a 32 al 65-42 (+23) en 7:42. El duelo ya había saltado por los aires y el último cuarto sobró enterito.

Los de Sito Alonso empezaron la casa por los cimientos, como debe ser: fuerte defensa y dominio abrumador del rebote. Solo 8 puntos del Real en un segundo cuarto en el que además permitió ¡10 rebotes de ataque! (29% en tiros de campo al descanso). Luego, los locales levantaron el tejado y se gustaron: más defensa para forzar 10 perdidas en el tercer periodo (19 en total) y un acierto casi pleno en el lanzamiento (13 de 17, incluidos tres triples seguidos). Superioridad física notoria en todos los puestos. El Baskonia ganaba cada duelo individual ante un Madrid sin motor y sin timón. Sin fuerza y esta vez también sin cabeza, a la deriva.

Jugó Llull, que era duda con molestias en una rodilla, pero lo vimos muy apagado. Muy lejos de ser un referente. Mientras, Doncic capeaba las embestidas como podía (12 puntos, 0 asistencias y 6 pérdidas) y Draper era de nuevo incapaz de variar nada. Ayón se descentraba en la pelea y entraba en un bucle sin fin de pasos cometidos al tiempo que Carroll seguía como despidió el año: sin ver el aro, casi sin ver el balón. Si acaso algún detalle de clase y coraje Rudy. Enfrente, el Baskonia supo labrarse con el sudor de su frente el sabroso fruto obtenido. Pletórico en el tercer parcial con Larkin y Hanga muy brillantes, también Tillie. Ellos volaban y el enemigo apenas caminaba.

Victoria de enjundia con 14.316 seguidores en el Buesa Arena, la segunda ante el Madrid esta campaña: dos de dos (87-91 en la Euroliga). Y segundo tropiezo seguido de un líder ACB en mal momento, en especial fuera de casa. Quizá le falte fuerza, pero lo que seguro no tiene es fluidez con el balón, chispa ofensiva, capacidad para generar ventajas... Atascado en Navidad, ya lo vimos antes. Y así, los 62 puntos son de largo su peor anotación de la temporada. El Baskonia, por su parte, sigue en pleno estirón aunque acumule alguna que otra espantada en la Liga. Levanta una casa nueva, casi como cada curso últimamente, pero desde los cimientos. Al Madrid le espera ahora una noticia mala y otra buena. La mala es que el viernes llega el CSKA, el mejor equipo de Europa; la buena, que es en casa. A ver.