Derrick Rose ya está de regreso en Nueva York. Tras su desaparición en el Knicks-Pelicans disputado este mismo lunes, el base se dejó ver este martes por la mañana en las instalaciones de los Knicks junto a Steve Mills, el general manager de la franquicia neoyorquina. También se excusó ante Phil Jackson, el presidente de la misma. Según Rose, ambos han dado por buena su explicación. Tanto es así que podrá disputar en la madrugada española del jueves el duelo ante los Sixers en Philadelphia. Como castigo, el equipo de Manhattan ha impuesto al MVP en 2011 una sanción económica sin especificar la cantidad.

Tras presentarse en el entrenamiento de tiro previo al encuentro ante New Orlenas, Rose se ausentó sin previo aviso del partido que los Knicks disputaron por la tarde ante los Pelicans. Tras unas horas de absoluto desconcierto, su amigo Joakim Noah pudo ponerse en contacto con él tras el encuentro. El jugador tomó vuelo ese mismo día con destino a su Chicago natal por "razones familiares". Concretamente, para estar junto a su madre. "No cogí el teléfono a los Knicks porque necesitaba mi espacio", comentó ante la prensa tras el entrenamiento de este martes por la mañana. Aunque eso sí, reconoció que debería haberse puesto en contacto con la franquicia.

Rose ha negado que este incidente se deba a cuestiones deportivas (ha negado cualquier tipo de problema con el entrenador Jeff Hornacek). El propio Hornacek ha expresado que le hubiera gustado que el jugador se pusiese en contacto con la organización, pero que no le guarda rencor alguno al tratarse de un asunto familiar.