Joel Embiid ha llevado a otro nivel la autopromoción para alcanzar su sueño de participar en el All Star Game que se celebrará en Nueva Orleans (Luisiana) el próximo domingo 19 de febrero. El pívot es el único de los cuarenta presentes en la primera oleada de votaciones que se vota a sí mismo a través de Twitter (@JoelEmbiid), mientras que el resto de candidatos permanece impasible con simples retuits a sus menciones y peticiones para compañeros y rivales. Y no le está yendo nada mal: es cuarto en el frontcourt del Este con 221.984 votos, a tan sólo 28.000 de la tercera plaza, la que da acceso a la titularidad, en posesión de Kevin Love. 

¿Cómo ha sido su trabajo? A través de una mezcla de humor y calidad innegable. Embiid es un espectáculo con un balón en las manos, pero lo es aún más con los periodistas, los aficiones, compañeros, rivales... un magnetismo único que no ha dudo en emplear para atraer a todos a su causa. Y eso, que todo empezó con un simple retuit a un mensaje de su equipo, unos Sixers que no han colado a un jugador en el Partido de las Estrellas desde Jrue Holiday en 2013.

A continuación, nos tocó el alma y el corazón: él sólo pedía el voto porque una famosa le prometió una cita si alguna vez llegaba a ser all star. No hay nombres, pero todo hacer suponer que Rihanna es esa chica por el amor que Embiid profesa por ella.

No se detuvo ahí. Después de sus 25 puntos, ocho rebotes, tres asistencias, dos tapones y un robo en la victoria frente a los Timberwolves pidió que todo el mundo le votase. Con delicadeza. Los números hablaban por él.

Pero los dos mejores, los que mejor representan el espíritu del hombre de El Proceso son cuando fingió que el propio presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, le había votado.

Y el retuit al vídeo bailando con las animadoras de esta pasada madrugada en el triunfo frente a los Knicks.

Esos cinco mensajes le han reportado unas ganancias de casi 165.000 votos, 33.000 de media cada uno. No esta nada por sólo 140 caracteres.