Los Warriors no han tenido sus mejores días en lo que se refiere a su imagen pública después de un paso que bien se puede considerar en falso, y que así de hecho lo consideró la propia franquicia a la vista de lo rápido que actuó para invertir una situación que estaba escalando hacia el nivel de escándalo nacional.

Estos fueron los hechos: el pasado jueves los Warriors anunciaron la contratación de Greg Suhr, exjefe del Departamento de Policía de San Francisco, como asesor de seguridad con la mirada puesta especialmente en el acto que tendrá lugar la próxima semana y en el que se pondrá la primera piedra a la construcción del Chase Center, el nuevo pabellón al que seguirá el traslado de la franquicia a San Francisco en 2019.

Pero esa misma tarde, el acuerdo se rompió, así que Suhr no estuvo ni un día contratado por los Warriors. ¿La razón? Su pasado: fue jefe de policía de San Francisco entre 2011 y 2016, período en el que a la institución le persiguió esa sombra de comportamiento violento y racista que ha sido uno de los grandes problemas sociales de Estados Unidos en los últimos años. En 2015 hasta 18 oficiales fueron sorprendidos intercambiando mensajes de tono marcadamente racista y homófobo. En mayo de 2016, Suhr dejó el cargo horas después, una mujer blanca desarmada fue asesinada por el disparo de un agente de policía.

Así que en cuanto apareció su nombre vinculado al de los Warriors, las redes sociales comenzaron una movilización que iba camino de ser masiva cuando la franquicia reaccionó y el propio expolicía, de 58 años, reconoció que no seguir adelante era lo mejor para todas las partes. El paso se dio finalmente, aunque para algunos tarde porque no comprenden como siquiera los Warriors se plantearon esta contratación. El artista de hip-hop Sellassie Blackwell lo explicó así: “No quiero cargar contra los Warriors pero todo el mundo en la Bahía sabe quién es Greg Suhr. Su sola mención hace saltar la alarma en la cabeza de cualquiera, así que ¿para qué plantearse su contratación?