Horas antes de la derrota de los Timberwolves en San Antonio (122-114), Adrian Wojnarowski informaba que la era de Ricky Rubio en Minnesota podría estar llegando a su final. Una vez más su nombre volvía a ligarse con los rumores de un posible traspaso. A lo que el base respondió firmando uno de sus mejores partidos de la temporada ante uno de los equipos más potentes de la NBA, los Spurs. Sumó 21 puntos, 14 asistencias, dos rebotes y dos robos en 39 minutos de juego. Brillante actuación que no hace sino confirmar su gran momento de forma (promedia 13,2 tantos y 14 asistencias en los cinco últimos encuentros, aunque eso sí, sin anotar un solo triple). Números que, por otra parte, realzan su valor de cara a un mercado que se cierra el próximo 23 de febrero.

La idea de la franquicia continúa siendo apostar por Kris Dunn (número cinco del último draft) como su director de orquesta del futuro. Por lo visto hasta ahora, es indudable que el rookie aún necesita madurar en su juego para asumir dicha responsabilidad. Como también es cierto que para poder progresar necesita disponer cada vez de un mayor número de minutos. Oportunidades que costarán más encontrar con Rubio aún el roster. Ahora bien, y dado este inesperado (para algunos) despertar del español, ¿deberían los Wolves prescindir ahora de sus servicios? He ahí la cuestión. No olvidemos que pese a sus 26 años su experiencia resulta fundamental en plantillas tan jóvenes como esta. Aunque con un posible traspaso también podrían obtener otras piezas que taparan este y otros agujeros. Decisión compleja, si bien parece que los movimientos de Glen Taylor y Tom Thibodeau (entrenador y presidente de operaciones) se inclinan por el adiós del español.  

Hablando de españoles, esta madrugada tuvo enfrente a otro de los diez que habitan este año la Liga. Un Pau Gasol que, como ya sucediera en México, tuvo poca incidencia en el juego de su equipo. El pívot apenas aportó 3 puntos y 5 rebotes en 17 escasos minutos. Una vez más fue Kawhi Leonard (de nuevo espectacular con un 34+7+5), hoy en colaboración con LaMarcus Aldridge (29 puntos para firmar su segunda mejor marca del curso), quien se encargó de dirigir a los Spurs hacia una nueva victoria. En pleno ecuador de Regular Season para los texanos, marchan con un 32-9 que les proyecta otro año más por encima de los 60 triunfos. Todo en la primera campaña sin Tim Duncan. Nadie es capaz de competir tan bien y durante tiempo como San Antonio. Gregg Popovich siempre da con la tecla. Bajo sus órdenes, podrán jugar mejor o peor, pero los Spurs son una máquina de ganar.

Aunque eso sí, los Wolves les dieron trabajo. Los 41 puntos que firmaron en el segundo cuarto los pupilos de Thibodeau son la anotación más alta encajada en cualquier este cuarto por las espuelas. Gracias a otra gran noche de Karl-Anthony Towns (27+16 para él) y, en parte, a los 30 tiros libres que lanzaron en la primera parte. Una faceta en la que destacó Ricky con un casi perfecto 13/14 desde la línea. Este hecho y el que no señalaran una clara personal sobre Aldridge en la lucha por un rebote colmaron los nervios de Gregg Popovich, quien se llevó una técnica tras protestas airadamente a los colegiados.

Tras el descanso los locales aumentaron la intensidad y Minnesota comenzó a coleccionar pérdidas (18 por 7 de su rival) y Kawhi y cía aprovecharon la ocasión para aprovechar el regalo. La inercia texana y el atascamiento ofensivo de los lobos al inicio del último acto hicieron el resto en la noche en la que Leonard cosechó su cuarto partido seguido alcanzando la treintena. Algo que no se veía en los Spurs desde que Duncan lo hiciera en la 2003-04. Precisamente un curso antes, el propio 'Timmy' alcanzaba el ecuador de la campaña con 950 puntos en su haber. Cima que también ha conquistado (y superado con 969) el propio Kawhi. En efecto, un más que digno sucesor para el mejor ala-pívot de la historia.  

LO MEJOR DEL PARTIDAZO DE RICKY