Un Barcelona Lassa en crisis ve cómo se agravan sus problemas. Cuando la afición azulgrana pensaba que la llegada de Vitor Faverani, relevando a un gris y apático Joey Dorsey, iba a confirmar con Ante Tomic un dúo interior demoledor, la situación ha dado un giro inesperado y el pívot croata ha desaparecido materialmente con la entrada del hispano-brasileño. En baloncesto las estadísticas no fallan casi nunca. Hasta la llegada de Faverani, Tomic era el jugador más valorado del equipo (13,7) con unos números sensacionales: 10,5 puntos, 4,9 rebotes y 4,7 personales recibidas en una media de 22 minutos en los 17 primeros encuentros de Euroliga.

En solo tres partidos, los tres últimos, el nuevo pívot azulgrana ha promediado 13 puntos, 6,7 rebotes y 4,7 faltas recibidas en 21 minutos, respondiendo a lo esperado. Ahí llega la caída en picado del pívot croata. Aunque ha sido castigado por las faltas en estos tres últimos encuentros (3 por partido), ha pasado a jugar 14 minutos y su media de anotación ha pasado a 2,7 puntos, manteniendo el poder reboteador (7,3 capturas por partido) y con una sola falta recibida por partido, cayendo su valoración a 4 por partido.

Todo esto ha provocado que el juego interior azulgrana se haya resentido. En la victoria ante Anadolu Efes (89-78) sumó 15 de 32 de dos frente al 15 de 40 de los turcos con 16 puntos y 15 rebotes de Honeycutt y Dunston.

En al derrota en la pista del Panathinaikos (71-65) se mantuvo un buen porcentaje (15 de 36) frente al 15 de 35 de los griegos, pero encajando 24 puntos y 16 rebotes de Bourousis y Singleton. Y la caída en picado se produjo ayer ante el Baskonia con 8 de 29 de dos frente a 19 de 35 de los vitorianos con 55 puntos y 18 rebotes encajados por medio de Voitgmann, Hanga, Budinger y Tillie. Afortunadamente Bargnani no tuvo su día.

Entre Tomic, Faverani, Vezenkov y Diagne sumaron 35 puntos y 23 rebotes; solo en los rebotes se desequilibró la balanza y cuando el encuentro estaba ya visto para sentencia.