No hay ahora mismo en la NBA, Warriors al margen, equipo más en forma que Washington Wizards. Un cohete que estuvo 9-14 en amenaza de disolución y que ahora tiene el segundo puesto del Este a dos partidos después de una semana en la que ha firmado un 4-0 con triunfos incontestables ante tres rivales directos (Hornets, Celtics, Hawks) y una victoria con excelentes sensaciones en Nueva Orleans (94-107), donde demostraron que están adquiriendo la madurez necesaria para ganar también cuando las cosas se tuercen.

Así fue en el tercer cuarto, cuando los Pelicans convirtieron el 40-57 del primer tiempo en un 73-72 gracias a un casi inexplicable 6/7 en triples si se tiene en cuenta el 3/16 de la primera parte. El partido revivió pero los Wizards lo pusieron a buen recaudo con un 0-8 en el último cuarto (84-95) que incluyó triples de Beal y Morris. Hasta que los Pelicans voltearon el marcador en el tercer cuarto, los de Scott Brooks sumaban 177 minutos sin ir por detrás en el marcador. Quién se lo hubiera dicho a este equipo hace no tanto...

John Wall llevaba 6 asistencias en 8 minutos y acabó con 19 y 18 puntos en la pista en la que jugará en 20 días el All Star Game. Como siempre, el resto del quinteto cumplió con Bradley Beal al frente (27 puntos), y como casi siempre el banquillo se quedó corto, pero no importó ante la excelente dinámica del equipo y ante un rival que sigue dejando escapar oportunidades: 36 puntos, 17 rebotes, 3 asistencias, 3 robos y 2 tapones de Anthony Davis, sin más compañía que Jrue Holiday (26 puntos, 11 asistencias).