Con DeRozan (esguince en la muñeca) y Avery Bradley (tendón de Aquiles) aún ausentes, el Celtics-Raptors estuvo marcado por el precioso duelo entre Isaiah Thomas (44 puntos, 4 rebotes, 7 asistencias y un +17 para los Celtics con él en pista) y Kyle Lowry (32+2+5+2). Una batalla que se decantó del lado del primero, quien lideró con sus 19 puntos en el último cuarto (por algo le llaman 'Mister Fourth Quarter') la remontada local para acabar con los Raptors (109-104) y mantenerse así en la segunda posición del Este, lo que a su vez coloca a Brad Stevens y su cuerpo técnico a una sola victoria de dirigir a dicha Conferencia en el All Star Game.

Hace tres semanas ambos equipos se vieron las caras en Toronto. La situación fue justamente la contraria. Cuando Boston parecía tener la situación bajo control, un excelso DeRozan apareció para dar la vuelta al marcador. Tras dicho encuentro, Valanciunas vino a decir que el objetivo de los canadienses no era la segunda plaza que los Celtics ansiaban arrebatarles, sino pelear por el primer puesto. Unos comentarios que Thomas no olvidó y le hicieron salir muy motivado de inicio: anotó 16 tantos, incluido un triple espectacular cuando este agonizaba.

Sin embargo, en el primer partido de Sullinger ante su antigua afición, los visitantes estuvieron por delante en todo momento y hasta llegaron a amenazar con romper el duelo con el 57-75 a comienzos del tercer periodo. Pero nunca puedes dar nada por hecho con Thomas enfrente. Su enésimo cuarto acto de museo sirvió para voltear la situación y dejar su cuenta personal en 44 puntos. Una barrera, la de los cuarenta, que ha superado en los dos últimos encuentros y en un total de cinco ocasiones este curso. Mientras Danny Ainge y compañía trabajan en los despachos para dar traer a algún jugador que les permita retar al rey LeBron, Isaiah continúa maravillando y enamorando a la afición del TD Garden.