Memphis está en racha. Los Grizzlies vencieron esta madrugada a los Phoenix Suns (110-91) en un partido fácil, sin mucha más historia que contemplar como la pegada del equipo de Marc Gasol hundía, minuto a minuto, al conjunto de Arizona, último en la Conferencia Oeste. Los de Earl Watson ya solo tienen una misión esta temporada: ver qué pick reciben para el próximo draft. No se esperaba de ellos entrar en la postemporada, pero tampoco que no dieran nada de guerra en un Oeste con el octavo puesto a la vuelta de la esquina. Un mal curso que se remata con la lesión de Dragan Bender. El ala-pívot estará fuera las próximas seis semanas después de operarse del tobillo izquierdo. "Es desafortunado. Pero él tiene 19 años. No queremos precipitarnos con su vuelta, queremos que se recupere, regrese y tenga una larga carrera", subrayó el entrenador de los Suns.

Por su parte, los de Tennessee no frenan su inercia y desde finales de enero son una máquina intratable. Suman, en estos momentos, tres triunfos consecutivos, seis en los últimos siete partidos. Solo Westbrook ha podido con ellos y con una actuación sobrenatural: 15 puntos seguidos en los últimos tres minutos del duelo que les enfrentó en Oklahoma. De esta forma, los Grizzlies afrontan los dos últimos meses de competición con la certeza de que los Playoffs son suyos. Son sextos con un balance 32-22 y una ventaja de 8,5 victorias sobre el noveno clasificado, unos Portland Trail Blazers que tienen su propia guerra con Denver Nuggets por la última plaza para la postemporada NBA.

El encuentro se resolvió en los primeros 24 minutos. Aunque la ventaja al descanso era mínima (46-38), los Suns nunca dieron la sensación de poder asaltar el FedEx Forum. La franquicia de Arizona no encontraba el ritmo en ataque en ningún momento y se estancaron en el 33% en tiros de campo. Bledsoe (20%) fue el ejemplo de que nada iba a salir bien contra unos Grizzlies que fueron subiendo rentas (79-65 al final del tercer cuarto) con Marc Gasol (19 puntos y 7 rebotes) y Mike Conley (23 tantos y 5 asistencias) como estiletes.

Con esos ingredientes, a falta de un minuto el partido ya estaba todo decidido (103-88), pero aún quedaba la última acción de Troy Daniels. El escolta anotó su cuarto triple y desató el caos. "Ha estado en cinco equipos en tres años y tiene el valor de meterse conmigo", comentó Devin Booker (20 puntos), sobre una jugada que se saldó con una pelea, técnicas para seis jugadores y tres expulsiones (el propio Daniels, Tyler Ulis y Marquese Chriss). Un final aciago para un encuentro sin mucha belleza.