El récord más imprevisto de la temporada NBA es este: los Heat han pasado de 11-30 a 23-30 después de ganar 12 partidos seguidos, igualando la mejor racha de victorias del curso, otras doce de los Warriors. Y lo hicieron arrasando Milwaukee en una noche en la que ni siquiera pudieron contar con Dion Waiters, una de la claves de su resurgimiento. Una vez más por encima de las lesiones, los de Florida ganaron con autoridad, les sobro el último cuarto, y están a dos partidos de los playoffs. Y juegan ahora contra los Nets, los Sixers y los Magic. Así que, ¿hasta dónde pueden llegar de la mano del excelente Erik Spoelstra?

De momento, su actual marca es la mejor de la historia para un equipo que partía de tan abajo: nadie en la historia de la NBA había ganado doce partidos consecutivos para seguir, después de hacerlo, en balance negativo. Y los Heat en sus casi 30 años nunca habían tenido una racha así sin Dwyane Wade a bordo. En realidad, es ya la tercer mejor para la franquicia después de una de 14 (2004-05) y la tremenda de 27 del big three en la 2012-13.

Para los Bucks, en cambio, todo es una cuesta abajo terrible justo cuando se habían convertido en uno de los equipos de moda: ocho derrotas en diez partidos y ya 22-29, de repente y de forma increíble por detrás de los Heat y con otra pésima noticia: la lesión de Jabari Parker en la rodilla que le frenó en su año rookie. A falta de pruebas, en Wisconsin contienen la respiración.

Los Heat, mientras, encuentran soluciones donde no parece haberlas. Muchas parten de una defensa asfixiante que dejó a los Bucks en 15 puntos en el primer cuarto (15-28) con un 33% en tiros. Un 2-15 inicial marcó el tono con Whiteside ya en 17+11 al paso por vestuarios (23+16 total). Dragic, Ellington y James Johnson también aportaron lo suficiente para frenar todo los intentos de Giannis Antetokounmpo (22 puntos, 8 rebotes).