IBEROSTAR 60-HERBALIFE 70

El Gran Canaria tiñe el derbi canario de amarillo en Tenerife

Los de Luis Casimiro se imponen con autoridad. El Iberostar, herido de muerte desde el segundo cuarto, pudo al menos salvar el average.

0

La música de viento con la que se protestó la celebración de la victoria del Herbalife Gran Canaria no hizo justicia a la fiesta del baloncesto canario, exquisito como ha sido siempre el comportamiento de una y otra afición. Cosas del deporte, los visitantes fueron mejores que un alicaído Iberostar, herido de muerte en el partido desde que encajó un parcial de 0-17 en el segundo cuarto. Se puede al menos contentar con haberse quedado con el average tras haber ganado de 11 puntos, 81-92, el partido de la primera vuelta. Poca broma tal y cómo está la competición.

La historia del primer cuarto pasó casi por completo por las inmensas manos de Fran Vázquez. Esperó Casimiro a parar el partido con 17-13 en el marcador, pero es que hasta entonces el gigante gallego había anotado él solo 12 puntos, y además de todos los colores: suspensión frontal y lateral, mate, tras rebote ofensivo… Antes, con los pívots como protagonistas, el Granca apenas fue ganando 6-8. Tras unos igualados primeros diez minutos, el Iberostar iba ganando por apenas cuatro puntos, 21-17.

Parecía escaparse el Canarias nada más empezar el segundo parcial con un excelso triple de White para el 24-17, máxima del partido para los locales que se repitió poco después tras un mate de Doornekamp, 30-23. Equipo rocoso donde los haya, por momentos impenetrable, esta escapada tinerfeña tuvo que ser frenada por un tiempo muerto de Casimiro que resultó ser decisivo.

Tras este pequeño descanso, un triple de Aguilar, 30-26, fue el primer trueno de la tormenta amarilla que empezó a desatarse en ´La Hamburguesa’. Kuric, del que nada se sabía hasta entonces, tuvo una aparición en escena tan fulgurante que pudo anotar siete puntos seguidos, un triple y un 3+1, con el que el Herbalife recuperaba la ventaja, 30-35. Planinic, con otro 2+1, estiraba la ventaja hasta el 30-38, y el parcial llegó hasta el 0-17 y el 30-40. El triple final de Doornekamp, 33-40, maquilló un tanto el resultado para un Iberostar Tenerife al que lo mejor que le pudo pasar en esos momentos fue precisamente eso: que llegara el descanso.

Parecía que la remontada chicharrera podía ser una mera cuestión de tiempo, pues cuando quedaban aún 7:35 para acabar el tercer cuarto el Granca ya estaba en bonus de faltas. Nada de eso ocurrió, pues McCalebb se había encargado muy pronto de darle un +10 a los suyos, 35-45. Por parte del Iberostar no había más noticias que las que traía Abromaitis, con 6 puntos seguidos para mantener la esperanza, 39-45. Cortocicuitados como estaban los locales, y pese a tener el límite de las faltas más que sobrepasado, el Herbalife manejaba el partido a su antojo. Tanto fue así que, con todo en contra, una agónica canasta de Pasecniks, sacando a pasear su muñeca, le dio la máxima ventaja a su favor a los visitantes al final del tercer cuarto, 44-55.

Tal y como estaba el partido, tocaba rebobinar al primer partido del curso, cuando el Iberostar venció en el GC Arena precisamente por 11 puntos, 81-92. El average estaba en juego, y había que sudar más que nunca cada canasta, cada rebote, todo pasión descontrolada, demasiados fallos en canasta propia y sobre todo en la contraria. Con las manos atenazadas, tuvo que ser el menos indicado, Kirksay, quien inaugurara el marcador desde el triple, 47-55, cuando ya se habían consumido casi dos minutos de este último parcial. Apenas sirvió de algo, pues fue contestado acto seguido por Oliver desde idéntica distancia para el 47-58, acción rematada con una bandeja que le daba al Herbalife un +13, 47-60, que parecía ser definitivo.

Los pupilos de Luis Casimiro se dedicaron a jugar entonces más pendientes del reloj que del rival, y solo el corazón podía meter de nuevo al Iberostar en el partido. Pocos lo tienen más grande que Bogris, que anotó 4 puntos seguidos que suponían el 53-62 y obligaron al banquillo visitante a pedir tiempo muerto. Se vinieron arriba los locales, y un robo de balón de Kirksay desembocó en una canasta fácil de Doornekamp que avivó la llama de la esperanza local, 58-64. Sin embargo, una antideportiva y una canasta de Báez tras rebote ofensivo cercenaron las opciones de victoria locales (58-67). Al final pudieron los locales salvar ese average que, dentro de unos meses, puede ser decisivo.

A un punto estuvo de recuperarlo el Gran Canaria, que sin embargo se volvió a casa con la sensación del trabajo bien hecho y una victoria en el derbi totalmente merecida. Y es que esta tarde Canarias se volvió a teñir de amarillo canarión. El Herbalife se merendó ‘La Hamburguesa’.