El pasado sábado Kevin Durant visitó por primera vez como rival Oklahoma City. Allí se encontró un ambiente hostil, del que salió vencedor. Sus Warriors ganaron (114-130) con exhibición suya. En las gradas del Chesapeake Energy Arena estaba su madre Wanda, a la que le dolió el recibimiento que le dieron a su hijo. "Entiendo que los seguidores de aquí amaban a Kevin y pensaban que nunca se marcharía. Desafortunadamente lo hizo, pero él dejó un legado en Oklahoma City que es indiscutible. Entiendo los abucheos. Vale, pero lo que le llaman...", confesó después Wanda a USA Today. "Es la gente quien lo convierte en algo personal y lo ataca porque decidió jugar en otro lugar. Son lo suficientemente audaces para llamárselo en mi cara: víbora, cobarde, perra..."

Wanda también habló sobre los Cupcakes, una mofa de la afición de los Thunder para llamar a Durant "blando". "Me molestó lo de los cupcakes. Kevin no es blando. no lo és. Él tomó la decisión que quería".

A pesar del recibimiento a su hijo, Wanda ha acudido a algún partido de los Thunder esta temporada y sigue preocupándose por el devenir del club. "Todavía siento que son parte de mi familia, a pesar de que nos hemos mudado. No quiero decir nada despectivo sobre la organización: me preocupo por ellos. Pero creo que él sentía que su tiempo allí se había acabado. Él lo dio todo aquí y era la hora de seguir adelante". No todos en Oklahoma City sienten tanto rencor por Kevin Durant. "Pero lo entiendo. Yo no quiero disminuir el dolor que muchos seguidores sienten. Ellos querían que se quedara y lo entiendo. Algunos aún me dicen que le siguen amando, que le quieren por quién es".