WORLD 150 - USA 141

Willy y Abrines disfrutan en la fiesta del arquero Murray (36)

El equipo del resto del mundo se impuso por 150-141 en un partido en el que brillaron los tiradores Murray y Hield (28).

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Después de un jueves radiante, casi veraniego, el tiempo se torció el viernes y mientras el All Star Weekend se puso manos a la obra con el partido de los famosos en el Superdome y el Rising Star Challenge en el Smoothie King Center, en Nueva Orleans caía un buen aguacero. Por eso y porque habría gente que no quería desaprovechar una noche de viernes en pleno Mardi Gras, el pabellón de los Pelicans no estaba ni mucho (ni muchísimo) menos lleno. Y el ambiente se pasó de distendido, en las gradas y en la pista y por mucho que el formato USA – Mundo trate de añadir algo de picante competitivo. No llega a tanto la cosa, pero al menos es un modelo que le sienta como un guante a la actual NBA, tan llena de nacionalidades.

Esa actual NBA en la que los pequeños acaban jugadas por encima del aro y los gigantes suben el balón, tiran de tres y dan las asistencias más imaginativas. La revolución del small ball y la difuminación de las barreras posicionales no ha acabado con los pívots, como algunos temían, solo los ha transformado. Esa nueva especie fue la noticia más obvia del partido de las jóvenes promesas: Joel Embiid en una butaca por lesión, Karl-Anthony Towns, Kristaps Porzingis, Myles Turner y ese Nikola Jokic que puede hacer un triple-doble (esta vez 8+9+6) antes de que otros se levanten siquiera de la cama. Y dando pases sin mirar.

Una NBA que coló, a última hora pero de forma merecida, en esta fiesta de sus futuras grandes estrellas (aunque algunos ya lo son) a dos españoles: Willy Hernangómez y Álex Abrines. Para ellos el objetivo era estar, participar de la reunión, sentirse parte de un All Star, donde no están todos los que son pero desde luego son todos los que están. Pasaron por la pista con el tono desenfadado y divertido de los demás, haciendo lo que hay que hacer en días así: enseñar repertorio (Willy culminó un alley-oop, dio una asistencia de fantasía y cargó el rebote como buenamente pudo entre tanta dejadez colectiva) y Abrines se tiró las que pasaron por sus manos. Falló sus tres primeros triples, anotó el cuarto.

La norma en este tipo de partidos-eventos-exhibiciones es conocida: nadie defiende, los árbitros tratan de no molestar y hay un montón de pases a nadie y de air balls. Pero si dejas de mirar, te pierdes un par de highlights en un santiamén. Pese a la falta obvia de tensión y competitividad, la suma de talento en pista era asombrosa, como el futuro de la NBA. Los pívots citados pero también D’Angelo Russell, Devin Booker y los dos tiradores que decantaron el partido: en la primera parte Buddy Hield (28 puntos), motivado por jugar en la pista que es su casa, y en la segunda un Jamal Murray (canadiense, 19 años, compañero de Jokic en los Nuggets) cuyo clínic (36 puntos, 9/14 en triples, 11 asistencias) dio el triunfo al World Team a pesar de los esfuerzos de Frank Kaminsky, que enlazó triples hasta los 27 puntos, y un Karl-Anthony Towns (22+11) que no pudo seguir con la tradición de los Timberwolves, que se habían llevado (Andrew Wiggins, Zach LaVine) el MVP en los primeros dos partidos jugados con este formato, en el que el Mundo desempató en Nueva Orleans (ahora manda 2-1) y en el que dos españoles participaron de una fiesta con la que quedarán muy contentos en Denver: Nikola Jokic y un Jamal Murray al que le dieron el MVP sus 27 puntos en la segunda parte. Descomunal futuro para los Nuggets, descomunal futuro para la NBA.

ESTADÍSTICAS | Los números del partido