OESTE 192 - ESTE 182

Marc rozó el triple-doble en un triunfo del Oeste que coronó con récord histórico Anthony Davis

Russell Westbrook y Kevin Durant pusieron el picante; Giannis Antetokounmpo y LeBron James, los mates.

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Según una reciente encuesta de la la prensa de Memphis, el 90% de los aficionados de los Grizzlies está absolutamente feliz con el desempeño de Marc Gasol, que está jugando a su mejor nivel, después de su grave lesión en un pie, en esta temporada 2016-17 en la que ha jugado el tercer All Star Game de su carrera, ya asentado entre los mejores jugadores del mundo. Marc (rozó el triple-doble: 10 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias marca de la casa) contribuyó al triunfo del Oeste (192-182, a cuatro puntos del récord de anotación batido hace un año) y disfrutó de una fiesta que seguramente ha sido más brillante en la calle que en la pista.

Porque este All Star Weekend se ha impregnado de Nueva Orleans y su Mardi Gras hasta el punto de que algunos plantean en voz baja la reconversión de la ciudad en sede fija. Parece improbable, pero ha sido el tercero en una década desde el inolvidable aterrizaje de la comitiva NBA en 2008, un mensaje al mundo tras el horror del Katrina con continuación nueve años después: esta edición la perdió Charlotte por las inadmisibles leyes contra la comunidad gay que aprobó Carolina del Norte. ¿La respuesta? Nueva Orleans en pleno carnaval.

Como a nadie le importaba mucho el resultado por mucho que los vencedores se lleven 50.000 dólares por cabeza y los derrotados 25.000, la atención se fue a los detalles. Sobre todo a uno: Kevin Durant asistió para mate de Russell Westbrook en cuanto coincidieron en pista, mediado el primer cuarto y después de un fin de semana de caminar siempre como mínimo a un par de metros de distancia. El banquillo del Oeste lo celebró en pie, como si un pedazo del hacha de guerra estuviera quedando enterrado por fin tras la marcha de Durant a los Warriors el pasado verano. Será la imagen más recordada del All Star 2017.

Anthony Davis, la estrella de los Pelicans que ejercía de anfitrión, se coronó MVP con récord histórico de puntos: 52. Stephen Curry metió cinco triples, LeBron James corrigió el discreto concurso de mates del día anterior con siete solo en el segundo cuarto y es el único jugador con más de 300 puntos en la historia del evento. En la era en la que más profundidad de talento tiene la LIiga, probablemente este partido merecería un pelín más de seriedad, o al menos de disimulo. Pero lo que sin duda merece es una sede como Nueva Orleans, que añadió una tonelada de vida a la gran fiesta anual de la NBA.