El Movistar Estudiantes ya mira a los playoffs. No es una quimera. Ni una idea demente. El equipo madrileño está con nueve (las mismas que en toda la temporada pasada) a solo una victoria del MoraBanc Andorra, la línea divisoria. Y es gracias al sufrido triunfo en la prórroga ante el Barcelona (83-81), en un partido en el que estuvo abajo siempre y remató en el suspiro final con dos tiros libres de Edwin Jackson. El máximo anotador de la Liga Endesa acabó con 32 puntos frente a su exequipo. Suma y sigue.

Casi un mes sin baloncesto en el Palacio se notaba. Desde el pasado 29 de enero contra el Obradoiro, el Estu no pisaba su pabellón, no se presentaba ante su afición y salió revolucionado. Mosaico, cánticos y balón al aire contra un Barça inestablemente explosivo. Pasaba de la locura (14-8) a la cordura (18-19) con una facilidad alarmante para un equipo que aspiraba a todo y parece que se va a quedar sin nada.

Con caos en grada y jugadores, la calidad individual y el fondo de armario dominaron la primera mitad. Y en ese hábitat los azulgrana son superiores a los estudiantiles: de los 10 jugadores que puso Bartzokas en cancha hasta el descanso, anotaron todos a excepción de Oleson. En los colegiales, 7 de 11. Salvo Jackson, ninguno superó los cuatro tantos con Wilson como ejemplo de la desesperación: 2/12. El francés se fue a los vestuarios con 14 y se interpuso en el mejor momento del Barça (23-33) con Perperoglu y Koponen reventando. Seis tantos seguidos del francés dejaron el 33-35 antes de iniciarse el tercer cuarto.

Eriksson tomó el relevó del griego y Claver el del finés para asestar un duro parcial 4-13 (37-48) en cuatro minutos. Ese fue, además, el lapso que tardó el Estu en anotar su primer canasta en juego (Grimau) y el que tardó en ponerse Jackson a bombardear: 11 puntos en 6 minutos para dejar el último cuarto abierto (56-62). Aunque parecía una ilusión óptica. El Barça vivía tranquilo a tirones. No controló nunca el rebote (48-35) y se olvidó de cuidar el balón (21). Y aun así, no tuvo problemas para mantener al Estu a distancia a base de arreones. El 58-71 de arranque era una losa insalvable para los colegiales, que solo las veían venir, pero tomaron aire. Impulso. Y dieron la vuelta a la situación de una manera maravillosa. Escandalosamente bonita, con cierta tragedia y decisiones dudosas de los árbitros.

Jackson puso el 70-72 (2:48), y ambos conjuntos entraron en una periodo autodestructivo. Nadie anotaba. Nadie acertaba. Wilson fallaba siempre. El pánico solo dejó avanzar hasta el 72-74 a 40 segundos del final. Vicedo falló dos tiros libres a 0,2 y Balvin atrapó un rebote que acabó en falta. Tiros libres. Dos de dos y a una prórroga en la que los madrileños continuaron el guion original. Mala salida (76-80), impulso y solución desde la personal tras un triple de Suton (80-80). Jackson, siempre Jackson, colocó el 82-80. La sentencia para los de Bartzokas que acabaron con Tomic (18 para 31 de valoración) tratando de ganar desde el triple. No fue la mejor idea. Y el Estu lo agradeció.