El Divina Joventut respira tras vencer al Movistar Estudiantes. Una jornada más se va del calendario y el equipo de Diego Ocampo se toma cierto respiro, desligándose del Obradoiro, penúltimo, y provocando que la parte baja sea un infierno con Betis, Murcia, Zaragoza y la propia Penya con siete triunfos. Quién dijo miedo. Los colegiales, por su parte, cortan su racha de dos triunfos consecutivos, pero mantienen esperanzas de estar en playoff, más por errores ajenos (derrota del Bilbao) que por aciertos propios. Eso sí, para evitar sustos innecesarios (todo puede pasar con diez partidos por delante), el basketaverage particular es suyo.

Desde el salto inicial hasta el descanso, el Joventut y los colegiales se repartieron equitativamente vicios y virtudes. Como buenos hermanos históricos, ambos igualaron en triple (3/19), rebotes (19), pérdidas (4) y puntos (60). Aunque los locales no deseaban eso. A estas alturas de la película no. Comenzaron duros en defensa y con ganas de dar carpetazo al duelo entre canteras rápidamente. El descenso no ahoga, pero aprieta y con un 3+1 de Vidal y Jordan bailando de inicio sobre Balvin daban un estirón (10-2, min. 7:57) que tanto Jackson como el rejuvenecido Suton taponaban con un parcial 4-13 (14-15). Nada se despegó desde ahí. Ni el Estu cortando la sangría en la pintura (16 recibidos en el primer cuarto; 26 en el siguiente) y reteniendo a Sàbat, ni el Joventut frenando a Jackson (8 y 2) provocó una reacción en cadena para escaparse en el marcador. Al contrario, golpe a golpe, y desde el empate a 29, ocho alternancias en el marcador hasta el 38-37 del descanso.

Y hasta ahí. En el tercer cuarto se mostró que esta igualdad se sustentaba en un débil equilibrio cuando el Joventut puso más peso en su lado de la balanza. Después de un intercambio desde el perímetro (3 triples para los de Ocampo y 2 para los de Maldonado), Cook provocó una antideportiva sobre Sábat, más liberado tras el descanso, y la ruptura se hizo definitiva. En el parcial 13-2 (del 46-47 al 59-49), el base sumó 8 puntos ante el mal día del estadounidense (seis pérdidas) y la desesperación ofensiva en esos instantes de Jackson. Algún día tenía que llegar tarde a la fiesta.

El francés, máximo anotador de la Liga Endesa, aterrizaba en Badalona con una media de 31,3 tantos en los tres últimos partidos. En esta ocasión solo hizo 22, su peor anotación desde los 20 de hace seis jornadas contra el Valencia. Sin él, el Estu entra en crisis. Es así. Para lo bueno y lo malo, los colegiales dependen de su voracidad y acierto... aunque ahora ayude algo más Suton (18 puntos, 4/6 desde el triple). Wilson, por su parte, ha entrado en una vorágine autodestructiva en el lanzamiento. Anotó su último triple hace cinco jornadas y desde ahí 0/11 (0/4 en Badalona).   

Desaparecido hasta el 5:22 del último periodo, el Joventut no tuvo problemas en mantener la ventaja con la aportación de Gielo. Pero Jackson tenía que resurgir y en 87 segundos descerrajó diez puntos con dos triples incluidos, que provocaron cierta tensión en el Olimpico (74-69, min. 0:59). Pero el desenlace ya lo había escrito antes Sàbat y la victoria se quedaba en Badalona, que ha convertido su pabellón en un fortín inexpugnable y necesario para obtener la salvación: ya van cuatro victorias consecutivas entre sus muros.