HERBALIFE GRAN CANARIA 91-OBRADOIRO 57

El Gran Canaria se da un festín de época ante el Obradoiro

Paliza sin paliativos del Hebalife ante un triste equipo gallego: 91-57. Suma su 14ª victoria para recomponerse del palo europeo.

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liga endesa

Tan poca oposición presentó el Obradoiro que el partido estaba decidido ya en el primer cuarto. De hecho, jamás fue ganando y solo fue capaz de ir 4-4. De resto, nada. A partir de ahí, 5 puntos seguidos de Salin, dos tiros libres más un triple, suponían el despegue amarillo, 9-4. Otro triple del escolta finlandés daba el primer +10, 14-4. Si uno de los males del presente curso del Herbalife era el tiro exterior, esta mañana se los curó todos. Así, otros dos encestes desde más allá del 6,75, en este caso de Aguilar, más otro previo de Oliver, tallaban el 29-11 con el que acabó el primer cuarto. Poco o nada se sabía del Obradoiro, fiel reflejo de su mala clasificación.

El juego visitante estaba muy cerca del esperpento, si es que no lo era ya. Un plácido mate de Aguilar en contraataque daba ya un +20 al Herbalife, 33-13. Apenas tenían oposición del Herbalife, y un triple de Báez poco después le daba la máxima diferencia hasta entonces, 41-19 (poco después subió hasta el 49-25). Ni siquiera el 2+1 posterior del gigantón Pustovyi le daba aire a los suyos, castigados además por un técnica a Pozas por protestar. No le pudo salir peor esta salida de tono al base malagueño, pues su equipo fue penalizado con 4 puntos: 1 tiro libre de Oliver, 1 triple de Kuric y 45-25 en el cielo del GC Arena. Tal y como había sido el partido, hasta por contento podía darse el Obradoiro tras llegar al descanso 49-27.

Si el primer tiempo fue sonrojante para las huestes gallegas, el segundo adquirió tintes legendarios. Fue el Obradoiro un equipo sin alma, desconectado, ni rastro de pasión, a veces destensado, nunca dentro del partido. Además, el Herbalife le conectó un duro golpe al mentó nada más empezar: triple de Aguilar para el 52-27. Ahí comenzó un bombardeo de época, pues le siguieron canastas desde idéntica distancia de McCalebb, Pasecniks y Salin. Los 4 primeros ataques amarillos tras el descansaron se saldaron con triples y 61-31 en el marcador. Adiós al partido, claro.

Los visitantes cometían fallos impropios de un equipo profesional, y por eso se llevaron una tunda de época. El tercer parcial acabó 72-40, y nada cambió en el último. Ni siquiera sacó casta ni orgullo el Obra, tan lejos como estaba de plantearse, al menos, lavar una imagen sucia y vergonzosa y maquillar un marcador que no hacía sino crecer. Y eso que la primera canasta del último cuarto, un mate de Hollins, tardó casi tres minutos en llegar, 74-40. No había ya mayor aliciente que saber cuál sería la renta final, que por suerte para los visitantes ‘solo’ fue 91-57.

Lo mejor que puede hacer el equipo de Moncho Fernández es olvidar este partido. El Granca, mientras, se recompuso de manera impecable del palo europeo con un festín de época.