La final de la NCAA la jugaban dos de los grandes equipos del país. Dos cabezas de serie que llegaban con las espadas en todo lo alto y que prometían espectáculo. No fue así. Los Tar Heels se impusieron en un mal partido en el que los protagonistas fueron los tres colegiados.

Se pitaron un total de 44 faltas (muchas algo más que dudosas), impidiendo que el partido cogiera ritmo. Jugadores, entrenadores, aficionados y espectadores acabaron desesperados con tanto silbato. La prueba, dos estrellas de la NBA como LeBron James y Dwyane Wade.

"Dejad que jueguen los chicos. Olvidad los silbatos", escribía Wade.

"¡No puedo seguir viendo esto! Me gustaría que fueran los chicos los que decidieran quién gana el partido", dijo LeBron.

"Retiro lo dicho, voy a ver el resto porque no les daré la espalda a los chicos, ¡pero esto es una locura!", añadió el rey.

La final de la NCAA 2017 será recordada por una de las peores actuaciones arbitrales que se recuerdan.