Hace un mes el presidente del Manresa dijo que “la intención de la ACB” era aprobar “una Liga de 18 sin playoffs”. Pues bien, el martes en Madrid se reunirán los nueve clubes que componen la comisión de trabajo que estudia alternativas al actual formato de competición. Sobre la mesa hay un proyecto de un equipo que no pertenece a la comisión (formada por Madrid, Tenerife, Baskonia, Granca, Bilbao, Fuenlabrada, Estudiantes, Obradoiro y Zaragoza) y que propone una Liga de 18 sin playoffs, pero con Final Four.

Los dos primeros clasificados una vez concluida la fase regular pasarían directamente a la cita decisiva. Las otras dos plazas se las jugarían seis equipos, los que acaben entre el tercer y el octavo puesto. Se formarían dos grupos de tres (tercero, quinto y séptimo en uno y cuarto, sexto y octavo, en el otro) y se enfrentarían a ida y vuelta. En total, cuatro duelos. El primero de cada grupo avanzaría a la Final Four. Los equipos que peleasen por el título disputarían entre dos y seis encuentros una vez finalizada la fase regular. Actualmente, con los playoffs, el campeón debe afrontar un mínimo de ocho encuentros (si no pierde ninguno) y un máximo de trece.

Hay clubes convencidos de que esta vez sí se cambiará el formato de competición para la próxima temporada después de años estudiando alternativas. Entre otros motivos, porque con la nueva Euroliga y las ventanas de la FIBA los jugadores internacionales podrían llegar a disputar 95 partidos desde finales de septiembre a junio. Otros, sin embargo, creen que los intereses encontrados impedirán el consenso. El cambio de formato necesita el voto favorable del 80% de los clubes. Aseguran que no va a cambiar nada y lo achacan a la actitud de los equipos con plaza fija en la Euroliga. Algunos aceptarían una Liga clásica de 34 jornadas, pero los favoritos al título prefieren mantener una fase final (con un formato o con otro) que les garantice ingresos extra.

Otra opción que se plantea sería conservar los playoffs, pero solo desde semifinales. Incluso se habla de un descenso fijo y de que el segundo de la LEB promocione con el penúltimo de la ACB, lo que requeriría la aprobación de la Federación. Ideas hay; avances, muy pocos.