BILBAO 88-VALENCIA 75

Tabu acaba con el Valencia y da el liderato al Real Madrid

Partidazo del base belga (27 puntos) ante un rival al que se le vineron encima los fantasmas de la Eurocup. El RETAbet Bilbao sigue creyendo en el playoff

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En Manresa, el Valencia medio salió de la depresión por la derrota en la Eurocup, pero en Miribilla demostró que aún necesita terapia. Perdió la oportunidad de ser líder en solitario (de hecho hasta cayó del techo de la tabla y se lo cedió al Madrid) ante un heroico Bilbao, sin su máximo anotador (Bamforth, al que el equipo apoyó con camisetas de ánimo al salir) pero con una fe inquebrantable y con puntos, muchos puntos: le restan cada tarde los 14 del escolta norteamericano pero al resto de la tropa se le caen de los bolsillos. Jugó un partido colosal, sin esperar a nada ni nadie, yendo a por el premio. Baloncesto de alto nivel y defensa casi desconocida. El playoff sigue animando a esta gente cuando más difícil parecía, no hay quien se lo quite de la cabeza. Con Tabu a pleno pulmón (su mejor partido en la etapa actual vestido de negro) la vida es fácil para los vizcaínos.

El Bilbao, sin ningún momento de desfallecimiento, fue metiendo picardías tácticas para trabar el ataque de un equipo tan extenso como el universo: amago de zona como transición a individual, una 2-3, cambios al segundo pase, dos contra uno en las esquinas y combinaciones de quintetos muy variados (Lapornik es ahora más tres que dos)... Pero el subcampeón de la Eurocup y la Copa se pasa la pelota muy bien, sabiendo que tiene la referencia bajo el aro de Dubljevic, una especie de ariete rematador trasladándonos al fútbol, uno de los mejores cincos de la Liga. Sufrió varios arreones del RETAbet, con desventajas sobre los siete puntos, hasta un tope de nueve (45-36 tras un triple de Tabu a 18 segundos para el descanso). 

La vuelta de Jonathan Tabu ha sido ampliamente celebrada. Hasta ha hecho olvidar la desgraciada lesión de Bamforth. El base belga, y más que él sus compañeros, han encontrado por fin la llave para arrancar todos unidos. Se juega a lo que él sabe, por lo que se le fichó y lo que viene haciendo en su larga etapa en Europa: amasar la bola, buscar unos contra y uno o pedir bloqueos y lanzar. Es un finalizador. Y punto. Mumbrú y Hervelle hicieron sus cositas, alicatados y carpintería fina, y Buva estuvo a la altura de una cita contra el gran Dubljevic.

El Bilbao estaba jugando muy serio, una pena no verle así de firme ante el UCAM Murcia, daba pinta de que el Valencia contemporizaba a la espera de meter la quinta en el último acto. No era así, en realidad veía imposible cambiar el ritmo, porque mentalmente no le daba para ello. Los porcentajes bilbaínos eran increíbles (85% en tiros de dos, con 22/26) ante la segunda mejor defensa de la ACB. Tabu seguía a lo suyo: llegó y metió un triple en el minuto 25 para el 57-49 y luego otro por sorpresa a -14:34 para la máxima cota: 60-49. El partido creció en pasión en el tercer cuarto. Los árbitros anularon una canasta por pasos que no parecían de Mumbrú y acto seguido se fueron al 'instant replay' a revisar un triple de Thomas que acabó en doble tras la corrección. Lapornik dio interesantes minutos con más agresividad de cara al aro y el asunto se estiró hasta 71-56 al iniciar el último período, tras canasta de Salgado. Al bilbaíno le empezó a costar el baile con Van Rossom y cometió tres faltas en un pestañeo, pero eso no quita para destacar un compromiso en el que los timones locales lo bordaron ante una tripleta de aúpa (hubo un taponazo de Borg al director de juego belga del Valencia). La fe era ya bilbaína, y más tras otro canastón de Tabu y falta de Dublejvic a Buva en la pugna por el rebote. Jonathan siguió a lo suyo y luego empaquetó un triple: había que frotarse los ojos para reconocer el 83-68 a falta de 2:54.