“Ahora mismo solo pienso en los playoffs, no le he dado muchas vueltas pero no está en mis planes irme a ninguna parte”. Habla Kevin Durant y lo hace sobre un futuro que desde luego tendría que pasar por los Warriors porque lo último que en principio debería querer el alero es otro verano de revolución mediática doce meses después de su estruendosa salida de Oklahoma City.

A expensas de lo que suceda en playoffs, donde se repartirán las notas finales de la temporada y donde cambian cosas de la noche a la mañana (¿qué habría pasado si los Thunder no hubieran perdido aquella ventaja de 1-3 contra los Warriors?), el equipo de la Bahía afrontará un verano decisivo y muy delicado: con Draymond Green (hasta 2020) y Klay Thompson (2019) atados, toca maniobrar para que continúen varios jugadores esenciales que acaban contrato. Algunos dejan atrás contratos mucho menores de lo que podrían obtener ahora, más con la actual situación del mercado: Andre Iguodala (11, millones), Shaun Livingston (5,7), por supuesto Stephen Curry (cierra un contrato que ha sido uno de los grandes chollos de la historia en 12,1 kilos) y también Durant, que firmó en formato 1+1, ha percibido 26,5 millones y tiene una player option de 27,78 que dejará correr para obtener más temporadas y más dinero.

La parte buena es que Curry seguirá con total seguridad, y así lo ha asegurado, e Iguodala también ha dejado claro que, camino de los 34 años, no pretende cambiar el rol que tiene en uno de los mejores equipos de la historia (esencial) y que encontrarán una forma de entenderse. Durant, mientras, podría aspirar a un contrato máximo de 36 millones para la próxima temporada que haría polvo las cuentas de los Warriors, que no tienen sus bird rights. El alero (sus 26,5 de la presente campaña sí eran máximo) podría acceder a un aumento del 20% que le pusiera en 31,8 millones para que Iguodala y Livingston sí pudieran irse por encima del salary cap con sus bird rights.

La idea de los Warriors es trabajar en contratos con los suficientes descuentos para encajar a todos, aunque sea a costa de acuerdos más lucrativos después para los implicados, especialmente el propio Durant. Que desde luego parece ver esa fórmula con buenos ojos: “La idea es que este grupo de jugadores siga junto, queremos ver hasta dónde somos capaces de llegar. Primero que termine la temporada, después veremos. Pero creo que todos seremos capaces de encontrar la forma de que funcione de la mejor manera para el grupo”.

En todo caso, también dejó claro que no volvería a pasar por un proceso casi público, y desde luego muy publicitado, de selección de equipo y que está feliz con la decisión que tomó enrolándose en los Warriors: “Realmente me sentí en casa en cuanto empecé a estar con estos jugadores, a formar parte de esta organización… Es genial. De Oakland a San Francisco, por todas partes. Todo el mundo me aprecia”.

En este artículo se puede consultar en más profundidad algunas de las posibles cuentas de los Warriors para mantener unido su temible big four.