El Baskonia se quedó a las puertas de sorprender al todopoderoso CSKA de Moscú en su propia cancha, pero la superioridad anotadora del rival en el último minuto y medio más el oficio ruso decantaron el partido. Una cita que los vitorianos deben valorar por encima de la derrota, puesto que han demostrado estar a la altura de este rival y de esta ronda de la Euroleague, y deberán dar continuidad a esas buenas sensaciones para rematar el asalto a Moscú el jueves.

No le perdió la cara al partido en ningún momento el equipo de Sito Alonso. Resistió varias embestidas del CSKA que amenazaron con romper el marcador y dinamitar el partido. La primera fue mediado el primer cuarto, cuando un parcial de 17-3 puso la primera gran diferencia (21-10). El Baskonia había empezado liderado por los 7 puntos de Beaubois en los dos primeros minutos, pero apagado el francés desaparecieron las ideas en ataque. Larkin tardó 28 minutos en anotar su primera canasta.

La entrada de Rafa Luz inyectó una dosis de actitud y entrega que hizo despertar al Baskonia. Se activó la dureza defensiva y el CSKA dejó de estar cómodo en ataque. El base brasileño anotó 7 puntos consecutivos que iniciaron una remontada que acabaría plasmada con el parcial 5-16 que colocó el 33-35. Sin embargo, una desconexión defensiva en el tramo final devolvió la ventaja al CSKA al término de la primera parte (44-40).

No reaccionaron los azulgrana tras el paso por vestuarios. La puesta en escena fue tibia y sin la misma garra defensiva, aunque consiguieron mantener el pulso en ataque. Eso permitió que pese a la máxima ventaja rusa (72-60), los vitorianos se mantenían en el partido. Y fue gracias a un parcial 0-7 para empezar el último cuarto lo que devolvió la igualada. Se entró con ventaja a los últimos minutos, pero el aro se cerró a falta de 90 segundos. Los rusos endosaron un parcial 10-2 liderados por los 22 puntos de Teodosic y dejaron el primer punto de la serie en su fortaleza.