BLAZERS 103-WARRIORS 128 (0-4)

Curry se disfraza de Jordan y los Warriors barren a los Blazers

Paliza descomunal en el cuarto partido y fin de la eliminatoria. Stephen Curry anotó 37 puntos en menos de 30 minutos. Los Blazers, superados
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Solo hay dos equipos ya clasificados para segunda ronda. Y solo hay dos equipos que no han perdido en estos playoffs. Y son, tachán tachán: Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers. Los Cavs pudieron, casi debieron, perder algún partido contra los Pacers. Los Warriors remontaron de una forma que sería milagrosa para cualquier otro en el cuarto. Pero son los únicos: 4-0 y 4-0. Bang. Casi una semana de descanso por delante. Señales de que volveremos a ver lo que durante todo el año hemos creído que veríamos. Lo que nadie ha visto nunca: las mismas Finales repetidas tres años consecutivos. LeBron contra la bestia de mil cabezas. Una rivalidad para la eternidad. El Lakers-Celtics de esta generación.

LeBron mandó de vacaciones a Paul George y los Warriors han mandado de vacaciones a Damian Lillard. El goteo de eliminados seguirá en los próximos días. Así tiene que ser. Lillard se fue después de jugar los primeros 42 minutos sin descanso, con el público en pie, 34 puntos de resistencia silenciosa contra un imposible y el extraño sabor de boca que deja esta temporada en Oregón: no han avanzado nada. Los movimientos del verano (Ezeli, Turner, el dineral a Crabbe, la esperanza puesta en Leonard y Vonleh) no han servido para nada. Un viaje a playoffs que llegó a parecer imposible más la inevitabilidad de la derrota ante los Warriors arreglan algo el sabor de boca. Pero en función de cómo comiencen las cosas la temporada próxima, habrá cada vez más preguntas en torno al núcleo Lillard-McCollum.

De nuevo sin Steve Kerr, del que sabremos algo definitivo antes del inicio de la segunda ronda, los Warriors cerraron su segundo 4-0 de las últimas tres temporadas (el otro, en primera ronda de 2015 ante los Pelicans). En realidad lo habían cerrado con su reacción del tercer encuentro, un baño de realidad que fundió el último plomo de los Blazers. El partido no existió: 0-14 en tres minutos, 3-22 en 5, 9-35 en 8… y 22-45 al final del primer cuarto. El tercer primer cuarto de la historia de los playoffs de al menos 45 puntos, el primero desde 1986 (Dallas Mavericks). Los Warriors se limitaron a rodar tranquilamente a Kevin Durant (10 puntos en 20 minutos) y a silbar mientras se desmoronaba lo poco que quedaba de su rival, otra vez sin Nurkic. Les bastó defender al máximo unos cuantos ataques, negar los tiros a Lillard y McCollum… y poner toda la artillería a silbar. 8/9 en triples para empezar, 16 al descanso (17/29 total) y recital de Stephen Curry en 30 minutos: 37 puntos, 7 rebotes, 8 asistencias, 7/11 en triples. Desde 1984, solo él y Michael Jordan han metido al menos 35 puntos en menos de 30 minutos en un partido de las eliminatorias por el título.

McCollum no anotó una canasta en juego hasta que quedaban 8:40 para el final y con 85-114. No hubo intentos locales heroicos porque no podía haberlos. Al final los Blazers asumieron que era más llevadero el intercambio de canastas sin tensión porque en cuanto pisaban mínimamente el acelerador, les caía un nuevo bofetón de un rival que les ha barrido con 14 minutos totales de Curry en los últimos cuartos. El base ha promediado 29,7, 5,2 rebotes y 6,5 asistencias. Y ha metido 19 triples. Draymond Green (21 puntos con 5 triples en este cuarto) ha terminado en 13,7 puntos, 9,5 rebotes, 7,5 asistencias, 4,2 tapones y 1,5 robos por partido.

A los Warriors, en esencia y a la espera de que Durant coja definitivamente ritmo, les ha salido todo bien y están con todo a punto en el momento oportuno. En esta versión parecen sencillamente inalcanzables, aunque queda más de un mes para el inicio de las Finales y pueden pasar muchas cosas. Siempre suelen pasar cosas. La espalda de Steve Kerr es una de ellas, desde luego, y veremos si no precisamente menor. Pero la sensación que nos deja esta primera ronda es que, como intuíamos, será muy difícil, históricamente difícil, que los Cavs o los Warriors se dejen sorprender antes de las Finales. Y que solo uno de los dos equipos es verdaderamente inalcanzable para el otro en su plenitud más perfecta. Esa es la teoría. A partir de ahí, veremos…