CAVALIERS 116-RAPTORS 105

LeBron arrasa a los Raptors... y tiene tiempo para una cerveza

Los Raptors se quedan muy cortos ante un LeBron imperial que tiene a tiro a Kareem: "Si hubiera sido vino le habría dado un traguito"
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Hay dos máximas en los playoffs de la NBA: no hay que reaccionar de forma exagerada después de un primer partido y no pasa nada realmente grave hasta que un equipo no gana en cancha contraria. Todo eso se puede aplicar a este 116-105 que pone el 1-0 para los Cavaliers contra los Raptors. Es el primer partido, no pasa nada… pero no es solo el primer partido. Y sí pasa.

Pasa que desde el deadline muchos habíamos señalado a los Raptors como el equipo del Este mejor equipado para dar batalla a los Cavs en playoffs. Y a las puertas de la eliminatoria, los mismos que habíamos repetido eso durante semanas necesitábamos una prueba de vida, alguna razón para creer de verdad. No con la boca pequeña. Se trataba de, pase lo que pase después, articular un estado de ánimo y un discurso. Ver si en algún momento antes de las Finales a los Cavaliers les podría pasar factura la debilidad de una defensa que, por cierto, recuperó esta pasada noche algunas constantes vitales. Ver si a los Raptors no les podía el escenario y la asimetría en puntos y polvo de estrellas. Más como juicio que como partido, el veredicto fue claro: el que creía de verdad en los Raptors, tendrá que entrar en el terreno de las cuestiones de fe como no cambien mucho las cosas en el segundo partido, mañana. Dwane Casey suele acabar leyendo bien las eliminatorias, pero le lleva su tiempo. Ahora no lo tiene. No contra el campeón. No contra LeBron James.

La buena noticia para los Raptors es que el segundo partido no será el primero: han perdido diez veces seguidas en estreno de eliminatorias, récord histórico en la NBA, y su total es de 1-12 (ganaron el 6 de mayo de 2011 en Philadelphia). La mala, que volverán a jugar en Cleveland, donde sumada la final del Este del año pasado llevan cuatro derrota seguidas en playoffs por una media de 24,7 puntos. Esta vez jugaron nerviosos, imprecisos desde el inicio en el pase y en los tiros abiertos que se iban al limbo y no castigaban las agresivas ayudas de los Cavs sobre DeRozan (19 puntos en 16 tiros) y un Lowry (20 puntos, 11 asistencias) que tuvo sus momentos pero que tiene que ser mejor que Kyrie Irving para que su equipo tenga opciones. No lo fue: Kyrie anotó 24 puntos y batió su récord de playoffs con 10 asistencias… después de totalizar 12 en toda la eliminatoria contra los Pacers.

Ibaka (15 puntos y 6 rebotes) y Tucker (13+11) metieron algunos tiros y los Raptors se recuperaron de un -18 en el primer tiempo (hasta un 41-39) pero no del +25 del tercer cuarto: 96-71 con un parcial de 28-11 en ocho minutos que cerró las tímidas esperanzas que daba un 68-60 a un equipo que antes del maquillaje del último cuarto (20-31) estaban en un 43% en tiros con solo ocho visitas a la línea de tiros libres. Con un roster más profundo, más experto y más descansado que en las últimas finales del Este, tiene poca justificación para los canadienses que apenas se notaran diferencias entre este partido y los de aquella eliminatoria. Ninguna si pretenden ser poco más que otro sparring para un LeBron cuyos Cavs están 16-1 en su pista en partidos de playoffs del Este desde su regreso a casa. Todo bajo control.

A LeBron, dice la prensa de Ohio, se le ha visto en la semana de descanso que ha tenido tras ventilar a los Pacers fresco, activo y rebosante de energía. Así jugó, como si sus minutadas de la Regular Season fueron solo munición para otro debate absurdo: comenzó el partido con un mate espectacular tras asistencia vía tablero de Kyrie y lo cerró cogiendo una cerveza de una camarera y haciendo un amago de probarla: “No me va mucho. Si hubiera sido vino quizá si habría dado un traguito” dijo después. Sobrado. ¿Irrespetuoso? Casey dijo después que el que lo sienta así lo tiene tan fácil como jugar mejor, ganar partidos y empujar para que los Cavs no se sientan en el Este como en el salón de su casa. O como niños en el recreo. Tan fácil

JR Smith se dio un golpe en el pulgar operado en Regular Season pero el asunto no llegó a mayores. Entre Kevin Love y Tristan Thompson sumaron 29 puntos y 23 rebotes y el resto lo puso LeBron: 35 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias y ninguna pérdida hasta los últimos minutos, ya sin tensión (3 totales). Después dijo (glups) que jugará mejor en el segundo, en el que seguramente supere (está a 24 puntos) a Kareem Abdul-Jabbar como segundo máximo anotador de la historia de los playoffs. En el que quizá se convierta en el cuarto jugador (está a dos) con 300 triples en las eliminatorias (los otros son Ray Allen, Reggie Miller y Manu Ginóbili). Y en el que puede dejar atrás a Kobe Bryant (88 cada uno) en partidos de postemporada con al menos 30 puntos (por delante, los 109 de Michael Jordan). Los números se apilan, los récords se amontonan y los rivales en el Este se siguen haciendo a un lado ante LeBron James, 5-0 en estos playoffs 2017. Y la sensación de que si Toronto Raptors quiere cambiar toda esa narrativa tiene que transformar muchas cosas a partir de mañana, sin más margen de maniobra. Muchas cosas, seguramente demasiadas. Al menos para los que nunca hemos sido personas de fe.