OLYMPIACOS | EL ENTRENADOR

Sfairopoulos, un loco de los banquillos dirige al Olympiacos

El griego tuvo bien claro desde la adolescencia que lo suyo era entrenar. No ha desaprovechado su primera gran oportunidad. Puro carácter.

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Sfairopoulos, un loco de los banquillos dirige al Olympiacos

Giannis Sfairopoulos (Tesalónica, 1967) llegó al Olympiacos comenzada la temporada 2014-15 tras un mal inicio que se llevó por delante a Georgios Bartzokas (hoy entrenador del Barcelona). Milan Tomic (hoy asistente) se hizo cargo de los del Pireo de manera interina a la espera del sustituto ideal. Hasta entonces, Sfairopoulos había desempeñado buena parte de su carrera como entrenador ayudante. Loco de los banquillos, desde bien pronto optó por entrenar en vez de dedicarse a jugar. Con apenas 19 años, debutó en las categorías inferiores del Apollon Kalamarias, club del que tomó las riendas definitivas en 1994. Tras tres temporadas, le llegó su primera gran oportunidad como asistente en el histórico PAOK de Salónica.

Entre 2001 y 2004 trabajó como miembro del cuerpo técnico de la selección griega. En los Juegos de casa, los de Atenas, coincidió con Giannakis. Él mismo para el que volvió a trabajar durante su primera etapa en el Olympiacos. Club donde también ejerció de segundo de otra leyenda de los banquillos: el israelí Pini Gherson. Tras ser tutelado por dos de los técnicos más admirados en la historia del Viejo Continente, se hizo cargo entre 2008 y 2011 del Kolossos de Rodas. Todo a la par que compaginaba el cargo con las tareas de ayudante de Kazlauskas en la selección helena durante el Eurobasket 2009 y el Mundial de 2010.

Así que cuando el lituano fue el elegido para reemplazar a Messina en el CSKA, este no se lo pensó dos veces y Sfairopoulos aterrizó en Moscú junto a él. Los rusos completaron un año de ensueño con un Kirilenko estelar, pero en el último segundo, una canasta de Printezis (precisamente quien ahora es su capitán) dio el título en 2012 a los griegos en uno de los finales más antológicos que se recuerdan. Tras el ‘fiasco’ de aquella Final Four de Estambul (regresa al lugar del crimen), regresó a casa para hacer del Panionios el tercer mejor equipo de Grecia, sólo superado por los dos grandes de Atenas. Todo apuntaba que seguiría un curso más allí, pero los acontecimientos se precipitaron y en noviembre de 2014 el Olympiacos llamó a su puerta. "Sé muy bien donde me meto, el objetivo es pelear por todos los títulos”, anunció al ser presentado. Y hasta el momento no le ha ido nada mal. En dos temporadas y media al frente y pese a la terrible crisis que azota a Grecia, ha conseguido meter a los rojos en dos fases finales. Puro carácter.