MVP DE LA FINAL FOUR

Ekpemede Friday Udoh, un MVP que devora libros y rivales

Tiene un club de lectura en internet, inquietudes culturales y aprende rápido los sistemas de juego. Fue número 6 del draft, pero no triunfó en la NBA. Con Obradovic se ha hecho estrella.

Estambul
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Ekpe Udoh, MVP de la Final Four de la Euroliga.
Euroliga

En la Final Four de 2015, en la segunda temporada de Obradovic en el Fenerbahçe, el serbio Nemanja Bjelica era la figura del equipo. Tanto destacó que fue elegido MVP de la Euroliga. Pero semanas después hizo el petate y voló a la NBA, a los Wolves junto a Ricky Rubio. Su baja parecía un contratiempo grave en el proyecto, había que reconstruir la plantilla de arriba abajo. Labor en los despachos para Maurizio Gherardini, arquitecto de aquel Benetton de Treviso campeón antes de pasar por la NBA (Raptors y Thunder). El gerente italiano emprendió la labor y de entonces solo continúan dos jugadores importantes, Bogdanovic y Vesely, más el capitán Mahmutoglu y Ugurlu. Dixon, Sloukas, Datome, Kalinic y Antic fueron fichajes con nombre y muy efectivos, pero la incorporación más determinante, aunque entonces no se sabía, fue la Ekpe Udoh, para ser más precisos Ekpedeme Friday Udoh.

El pívot de 2,08 metros, nacido y criado en Oklahoma pero de padres nigerianos, el segundo de cuatro hermanos, aterrizó sin hacer excesivo ruido, aunque no era un desconocido: número 6 del draft de 2010, elegido por los Warriors, donde no completó la segunda temporada. Luego Milwaukee y Clippers. Y antes, la universidad (Michigan y Baylor). En su último año le apodaban ‘Pesadilla’ por su intimidación. Sin embargo, ese físico que imponía no le acompañó en la NBA y una retahíla de lesiones le sacó de la Liga. Le faltó continuidad y parecía tosco en sus movimientos.

Llegó a Estambul con 28 años (el sábado cumplió 30) y su evolución ha sido espectacular. En defensa, un muro, se sabía; en ataque, ha mejorado en todo y ha aprendido a pasar y a leer el juego de maravilla. El jugador más determinante de la Final Four, incluso rozó un escandaloso triple-doble ante el Madrid: 18 puntos, 12 rebotes y ¡8 asistencias! Lo que se ve, los números, y lo que no: intimidación y una capacidad para defender a siete metros del aro al base rival que le hace único. Anula ataques enteros.

Hablamos con él unos minutos: “La clave es querer ser mejor cada día. Ganamos al Madrid en un gran partido, pero después ya estaba pensando cómo mejorar un poco más, cómo jugar con más intensidad. Los dos años que llevo en Europa me han hecho evolucionar. Siento que esta temporada tiro y paso con más habilidad, también he progresado mucho en el rebote, y en defensa trabajo para el equipo, no para mí mismo”. Estos dos años junto a Obradovic le han dado impulso a su carrera, la que pudo emprender por los genes de su abuelo (más de 2,10, aunque sus padres son de estatura media).

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Dicen quienes le conocen que no es ‘la alegría de la huerta’, pero que es una persona muy comprometida, con inquietudes culturales. En Estambul, por ejemplo, se ha interesado por la historia del país y ha ido a visitar la tumba de Atatürk, el padre de república turca. Participa siempre que puede en actividades sociales y hace unos años creó un club de lectura, una de sus grandes aficiones. De hecho tiene una página web (ekpesbookclub.com) y en ella, a través de las redes sociales, hace comentarios sobre libros. “Si puedo jugar en la NBA y todavía encuentro tiempo para leer, ¡tú también puedes!”, es el primer mensaje que reciben los visitantes. Devorador de libros y de las lecciones del maestro Obradovic. Cuando se le explica un sistema de ataque del rival, no hace falta repetírselo. Se queda con él.

Un ogro en lo físico, un talento en el juego. El pasado verano renovó por dos años, pero con opción de salida. A este nivel, no sorprendería que en un par de meses volviera sobre sus pasos con el equipaje repleto de enseñanzas: “Aquí en la Euroliga se mueve más el balón que en la NBA, pero es que en Estados Unidos están los mejores jugadores del mundo. ¿Mi futuro? Ahora no es el momento”. Podría acompañar a su compañero Bogdan Bogdanovic, del que ya aseguran que el próximo año estará en los Sacramento Kings, aunque él serbio también evita pronunciarse. Vaya pareja. Campeones de Europa.