WARRIORS 113 - CAVALIERS 91 (1-0)

Las 10 claves de la paliza de los Warriors a los Cavs: pérdidas, banquillo, Iguodala...

¿Por qué Golden State pasó por encima de Cleveland en el primer partido? Analizamos todo lo ocurrido en este Game 1 de las Finales.

Oakland
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Estas son las 10 claves de la paliza de los Warriors a los Cavaliers en el primer partido de la Finales 2017.

1. Las pérdidas

Es una norma habitual de la era Kerr: los Warriors disparan su ratio de pérdidas en las derrotas. Cuando cuidan la bola, como están haciendo en estos playoffs, resultan casi inabordables. En el arranque de la Final solo cuatro pérdidas, récord de un partido de la lucha por el título (cuatro también los Pistons en 2005 y los Spurs en 2013), y solo una al descanso, donde la diferencia era de 1-12. Entre eso y el rebote de ataque, 18 tiros más para los Warriors en los dos primeros cuartos. Los Cavaliers acabaron con 20 pérdidas por 15 asistencias y la diferencia en puntos tras balón perdido se cerró en 21-6. Así, o en ratios similares aunque no tan pronunciados, no ganarán nunca los Cavaliers.

2. Rebote ofensivo

Asunto crucial y teórico territorio Cavaliers. Así tiene que ser para que el campeón tenga opciones. Necesita ganar este dato y hacerlo de forma holgada, dominante. Esta vez lo arreglaron tarde (14-15 final) pero en el primer cuarto fue 8-3 para los Warriors. Lue desistió pronto con un Tristan Thompson negado pero sin el trabajo sucio del canadiense en el aro rival hay menos tiros para sus compañeros y más opciones de correr para su rival. Fundamental.

3. La pintura

Lo dicho: Tristan Thompson perdió el duelo con Pachulia y no se ubicó contra el resto de quintetos de los Warriors. Y Draymond Green hizo un partido monstruoso en defensa pese a que sus números estuvieron por debajo de lo habitual. En puntos en la zona, 56-30. Los Cavaliers concedieron vías al aro para tratar de controlar el tiro de tres de los Warriors pero esa estrategia tan válida cuando estaba Harrison Barnes se quedó en nada con Kevin Durant dirigiendo las operaciones del ataque. En la primera parte los Warriors hicieron 11 mates y ganaban 42-16 la anotación interior pese a que, entre bandejas y palmeos, fallaron 15 tiros cerca del aro. Así que pudo ser incluso peor…

4. La defensa

El caballo de batalla de los Cavaliers durante toda la temporada no ha sido un problema en todos los playoffs del Este… pero los Warriors no son los Pacers, los Raptors o los Celtics. En el primer tiempo los Cavs encajaron 60 puntos (35 en el primer cuarto pesen a los nervios iniciales de los locales) con 20 asistencias en 26 canastas. Un drama: el plan de 2016 no sirve por, otra vez, ese elemento decisivo llamado Kevin Durant. Los Cavaliers no pueden obviarle como a Harrison Barnes y usar así un segundo hombre para asfixiar a Curry, que metió 6 triples. Además, solo LeBron parece capaz de defender a KD. Pero, ¿puede hacerlo, jugar más de 43 minutos y cargar con el ataque mientras le marcan Iguodala y el propio Durant? Parece demasiado. Hasta para LeBron…


5. El Oracle Arena

Desde que el viejo público de Oakland dejó sitio a los nuevos aficionados de San Francisco, mucho más ricos pero mucho menos ruidosos, el Oracle ha perdido parte de su amenazador efecto de antaño. En este partido, sin llegar a la locura de los tiempos del ‘We Believe’ (que cumplen una década), el factor cancha se hizo notar. Mucho más caldeado que hace un año, cuando el triunfo pareció darse por seguro casi desde el principio, esta vez el Oracle rugió en comunión con el equipo. Más madera.

6. Los intangibles

Kevin Love terminó con 15 puntos y 21 rebotes, Draymond Green con 9, 11 y un 3/12 en tiros. Pero sus partidos no tuvieron comparación: tibio e intrascendente el primero, decisivo el segundo después de irse pronto al banquillo con dos faltas. Del mismo modo, Klay Thompson volvió a fallar en cascada (3/16, 0/5 en triples) pero jugó un excepcional partido defensivo ante Kyrie Irving. Con Durant a bordo, Klay se puede permitir ejercer de especialista defensivo. Ahora bien, cuando además entren los tiros…

7. El duelo de bases

En las Finales 2016 Kyrie Irving anotó más, tiró mejor, dio más asistencias y acumuló menos pérdidas que Stephen Curry. Pero el base de los Warriors, fresco de piernas y cabeza y sin problemas físicos, alargó en este game 1 su excelente rendimiento de todos los playoffs. 28+10+6 con buenos porcentajes frente a un Kyrie que fue a menos en el segundo tiempo. Los Cavaliers necesitan ganar ese duelo individual.

8. Andre Iguodala

Sus problemas de espalda a medida que avanzaron las pasadas Finales (casi no podía caminar antes del séptimo partido) fueron una de las claves del hundimiento de los Warriors. Pero en este partido reapareció el mejor Iguodala. A ritmo de mates (el mejor síntoma respecto a sus molestias de rodilla), con un excelente trabajo defensivo y su habitual inteligencia para hacer mejor a su equipo. +14 en pista (+10 al descanso, mejor incluso que Durant), solo por detrás de KD y Curry. Con Iggy en forma, el megaquinteto de la muerte despega.

9. Los banquillos

La plantilla más cara de la historia no puede permitir que al cierre del tercer cuarto (el último fue puro fogueo) el big three (LeBron, Kyrie, Love) sume 59 de los 72 puntos totales del equipo. Solo Jefferson, y ya tarde, aportó. Día negro de Korver, Deron Williams, Shumpert… y ni un segundo para Channing Frye. Para ganar a los Warriors hacen falta 48 minutos perfectos, juegue quien juegue, y algo más de resuello para LeBron y Kyrie…

10. El rol de LeBron

Durant no es solo el segundo mejor jugador del mundo sino que es un quebradero de cabeza para unos Cavs en los que solo LeBron puede hacerle sudar sus puntos. Eso implica un desgaste enorme para el jugador que debe dirigir el ataque y que durante la primera parte se quedó en varias jugadas defensivas en tierra de nadie porque no supo reaccionar a la movilidad sin balón del alero de los Warriors. Después de un enorme primer cuarto (13+5+3), LeBron se despeñó: 6 pérdidas solo en el segundo parcial, pocas ideas, sensación de cansancio en el tercer cuarto y otra vez más de 40 minutos en pista pese a que el partido estaba finiquitado al final del tercer cuarto. LeBron necesita más de sus compañeros, es obvio, pero también va a tener que recurrir a su capacidad para descifrar los partidos y encontrar soluciones. Si los Warriors le siguen dando tantos problemas como en este primer partido, la Final será corta. Pero claro, es LeBron y todo es posible…