El cuarto asalto de las Finales fue un partido repleto de tensión y marcado por varios incidentes ajenos al juego. Al descontrol general contribuyeron en gran medida los árbitros, desbordados por la situación y a los que el encuentro les vino grande. No hay mejor ejemplo que lo sucedido con Draymond Green, a quien todo el mundo dio por expulsado en el tercer cuarto porque le acababan de señalar la que en aquel momento era su segunda técnica en contra. Sin embargo, el ala-pívot se mantuvo sobre el parqué para estupor del público de The Q. Poco después se informó que, a pesar de que en la estadística oficial del partido se le atribuyó una técnica pitada poco antes del descanso, los colegiados en realidad se la habían indicado a Steve Kerr.

Mientras su hijo se convertía en el protagonista del desconcierto, Mary Babers-Green, su madre, estallaba Twitter con un mensaje lacónico: "Estos árbitros han sido comprados". "Han perdido el control por completo", prosiguió poco después en uno de otros varios tuits en los que cargó contra la labor arbitral en el Game 4.