El de este lunes fue un partido histórico. España no se jugaba nada, la República Checa tampoco, pero Laia Palau se convertía en la jugadora con más partidos con la Selección. 258 partidos después de su estreno con España (un amistoso ante Canadá en el que anotó 11 puntos en 2002) superaba a Amaya Valdemoro para ser la líder en esta estadística. La gran capitana vive su último Eurobasket.

Aparte del récord de la base, el partido no tuvo mucha historia. Más bien, ninguna. La República Checa, que aspiraba a hacerlo mucho mejor en su Eurobasket, se marchó, al menos, con la alegría de tumbar a una de las favoritas (67-63). Pero lo cierto es que la España a la que se enfrentó no tuvo que ver mucho con la España a la que estamos acostumbrados. Lucas Mondelo repartió minutos para todas salvo Marta Xargay que no jugó por precaución. Y se notaba que la cabeza estaba puesta en lo que viene por delante: desde el jueves, partidos a vida o muerte.La Selección no sabrá quién será su rival en cuartos —deben medirse dos equipos en octavos— hasta el martes, pero dos posibles candidatos: Serbia o Letonia.

España bajó en ataque (sólo 63 puntos y un 39,34% en tiros de campo) y estuvo más permisiva también atrás. Pero hay que ser positivos y ver el lado bueno de un partido intrascendente. Alba Torrens cogió confianza de cara al 6,75 (3/3) y Sancho Lyttle, que se quedó en sólo dos rebotes tras haber capturado 18 frente a Ucrania, afina puntería de media distancia. Letal desde 5 metros. Dos aspectos que pueden llegar a ser determinantes a partir de ahora. Leticia Romero, con algún despiste que no le gustó a Lucas Mondelo, demostró que se puede contar con ella, Laura Nicholls fue un gigante en la pintura: 9 rebotes, 6 de ellos ofensivos, y Gil estuvo mejor en defensa, con un robo que podría haber cambiado la historia. Más que un partido, un entrenamiento. El jueves ya será otra cosa.