Jamal Murray se libra de una sanción peor

Los Denver Nuggets están pasando por un momento difícil, frustrante. Sólo lograron anotar 80 puntos frente a los 106 de los Minnesota Timberwolves y eso logró enfurecer a algunos jugadores, entre ellos un Jamal Murray que pagó su frustración lanzando una toalla y una bolsa térmica desde la esquina del banquillo que cayó justo a los pies de uno de los árbitros -que en ese momento estaba en la línea de fondo- durante el segundo partido de las semifinales de la conferencia Oeste entre Denver y Minnesota. Tras esta derrota los de Colorado tendrán que remontar un 0-2 y con el factor cancha en contra.

La acción sucedió a falta de 4:41 para que terminase el segundo cuarto del partido con un marcador en contra de los Nuggets. Murray lanzó los objetos justo cuando Karl-Anthony Towns, jugador de Minnesota, estaba bajo el aro y al que podría haber llegado esta toalla o bolsa causándole una lesión. Tuvo que ser un chico que estaba sentado justo detrás de donde estaba el árbitro en ese momento quien se tuvo que ocupar de recoger ambos objetos para que no causasen mayor problema durante el juego.

El jugador canadiense tendrá que pagar 100.000 dólares por su comportamiento, pero no sufrirá ninguna otra consecuencia. Así lo informaba Shams Charania vía X (anteriormente Twitter): “La NBA ha multado a la estrella de los Nuggets Jamal Murray con una cantidad considerable tras lanzar una bolsa térmica y una toalla a la cancha hacia un árbitro el lunes por la noche”. Sin suspensiones.

A pesar de la cantidad económica el escolta de los Nuggets no recibirá ninguna sanción en cuanto a partidos, por lo que podrá jugar el tercer encuentro ante los Minnesota Timberwolves, castigo que ha parecido poco a muchos seguidores de la NBA, que pensaban que como mínimo lo sancionarían con alguna cita perdida dentro de una eliminatoria que se les ha complicado.

Con una actuación muy pobre en el campo, el jugador que ya lleva un tiempo arrastrando lesiones en las piernas, la última una torcedura del tobillo derecho. Tal era su enfado que, cuando terminó el encuentro, se marchó sin parar a hablar con la prensa. 36 minutos estuvo en pista y acabó el encuentro con una valoración negativa de -16.

El árbitro del partido Marc Davies confirmó que no había visto la acción, y que por lo tanto desconocía la procedencia del lanzamiento. Tras ser cuestionado por la decisión afirmó que no hubiese expulsado al jugador, si no que se habría decantado por una falta técnica ante la actuación tan antideportiva que tuvo el jugador, ya que para darse la decisión de la expulsión se tendría que determinar que la acción había sido a propósito. El árbitro una vez más terminó añadiendo que no habían visto desde donde lo habían lanzado.

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