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LA INTRAHISTORIA

Pep Guardiola lo pensó todo, menos el hotel de concentración

Pep siempre ha tenido en mente que tarde o temprano se enfrentaría al Barça. “No es un partido normal para mí, pero no he perdido ni diez segundos en temas emocionales”.

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Pep Guardiola lo pensó todo, menos el hotel de concentración

El primer día que Pep Guardiola se sentó en su despacho de Sabener Strasse estuvo seguro que un día, en la pizarra que ocupa la pared lateral del mismo, escribiría la alineación del Barcelona y que en el ordenador que preside su mesa vería partidos del Barça para analizarle como rival. Ese día ha llegado. Guardiola jamás ha dejado de seguir al Barça. Incluso cuando era jugador, lo observaba con mirada de técnico y desde que firmó por el Bayern supo que un día todos esos conocimientos, antes o después, los debería utilizar para derrotar al club de su vida.

Prefería que ese día se retrasara lo máximo en el tiempo, pero también sabía que sería inevitable. Lo pensaba en el coche, mientras veía los partidos del Barça en casa, comiendo con Estiarte, hablando con Thiago, cuando cenaba con sus amigos en Barcelona o cuando hablaba por teléfono con su padre.

Y por cómo es Pep, trabajó para que todo estuviera a punto, controlado cuando ocurriera lo inevitable. “No es un partido normal para mí, pero no he perdido ni diez segundos en temas emocionales, vengo a ganar”, dijo en la rueda de prensa. Pero se le quedó un detalle colgado. Un detalle logístico. El Bayern se aloja desde ayer en un hotel que le trae malos recuerdos a Guardiola. Decidió el Bayern que el hotel La Florida era un magnífico lugar de concentración sin tener en cuenta que la última vez que el técnico de Santpedor concentró a su Barcelona ahí fue en la vuelta de las semifinales de Champions ante el Inter de Mourinho. Al final, uno no puede estar en todo. Ni Guardiola.