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Fórmula 1 | Alonso baja en Australia

Belvís: “Si le dicen a Alonso que no corra, hay algún síntoma”

Roberto Belvís, coordinador de Neurología del Universitario Quirón Dexeus, no ve lógico prevenir el Síndrome de Segundo Impacto si la recuperación es absoluta.

Actualizado a
TRASLADO. Un helicóptero llevó a Fernando Alonso de Montmeló al Hospital General de Catalunya.
EFE

—El accidente de Alonso aún provoca dudas. ¿Su opinión?

—Nos faltan muchos datos, pero de entrada hay dos temas muy diferentes. Uno es el de prevenir el SIS (Síndrome de Segundo Impacto), que no es lógico hacer si no quedan síntomas de conmoción cerebral. Si recomiendan a Alonso que no corra para prevenir un SIS, es que hay algún síntoma. Una vez recuperado, si no hay cefaleas, ni problemas de concentración, si el paciente habla correctamente... entonces no hay peligro de segundo impacto. Además de que supone recurrir a un subterfugio, porque el SIS se da en adolescentes y niños, no es típico en adultos.

—¿Y el otro tema...?

—La gran incógnita es por qué sufrió un accidente que no se explica. Se habla de pérdida de consciencia y cuando no sabes el porqué, se recomienda no conducir, incluso en carretera.

—¿Y eso no choca con el comunicado de McLaren, que define a Alonso como “totalmente saludable tanto en el área neurológica como cardíaca”?

—No. A grandes rasgos, pérdidas de consciencia hay tres: lipotimia, síncope y crisis epiléptica. En la lipotimia, el paciente comienza a marearse, ve borroso, escucha de lejos, se le seca la boca... le da tiempo a agarrarse antes de caer. En el síncope uno cae a plomo, no hay aviso, y la causa casi siempre es cardíaca: arritmia, bloqueo, problema valvular, mientras que la lipotimia puede tener muchas causas, hasta por un medicamento, una bajada de tensión o azúcar. Y por último, la crisis epiléptica, en la que además de perder la consciencia, convulsionas. Si hay una pérdida de consciencia inexplicable, con traumatismo grave inexplicable, lo prudente es que Alonso no se vuelva a poner al volante en tres o cuatro semanas. Y que siga haciéndose pruebas.

—Si es así, ¿por qué no se descartó competir en Australia al dejar el hospital y se hace casi una semana después? ¿Han revelado algo las pruebas?

—Algo han visto o, mejor dicho, quizá es que no han visto nada. Es incongruente dar el mensaje a la prensa de que está recuperado al cien por cien, pero que no va a competir por un SIS.

—Eso alimenta las dudas...

—Es que si hay SIS es que queda algo: no se concentra, tiene dolor de cabeza, mareos, síntomas leves pero que impiden el rendimiento al cien por cien. Y ante un síntoma persistente de conmoción cerebral, el piloto no puede someterse al riesgo de un segundo traumatismo, porque ahí sí podría haber hemorragias cerebrales graves.

—Se llegó a barajar la idea de que el piloto hubiera sufrido una descarga eléctrica. Supongo que eso dejaría rastro.

—Cuando hay una descarga eléctrica la convulsión genera una rotura muscular, así que en un análisis de sangre de urgencia se apreciaría; incluso en los electroencefalogramas, que seguro que se los han hecho para descartar epilepsia, se comprueba esa rotura.

—Más leyendas urbanas: tras el choque no recordaba nada y hablaba en italiano. ¿Normal?

—Cuando tienes un traumatismo craneal, aunque no haya lesión cerebral, el cerebro se mueve dentro del cráneo, y eso genera un problema de transmisión entre neuronas. No hay hemorragia, pero el paciente sigue mareado unos días, habla raro, ¡puede distinguir el castellano y hablar escocés! Pero si se recupera bien, la conmoción cerebral dura muy poco, no más de un mes, máximo tres.

—¿La única receta aquí es la prudencia?

—La epilepsia casi la descarto porque le asistirían de inmediato; el gran fantasma es si sufrió o no un síncope. Al recuperar la consciencia, el paciente se acuerda del mareo previo a una lipotimia y en el síncope, no.

—Es decir, mejor aquí, recuperándose, que en Australia...

—Sí, porque tras una conmoción cerebral el viaje y el desfase horario le pueden perjudicar. Lo bueno es que descanse.